No vengas todavía…

Deja que el río lleve hasta el mar

todas mis tristezas.

Deja que los desiertos

lluevan sobre la arena

mis lágrimas tardías.

No vengas todavía…

Espera a que las rosas

perfumen el jardín de antaño

y que los girasoles giren nuevamente

su alegría al sol.

No vengas todavía…

Y te prometo que te amaré mas aún,

si eso es posible.

Si sabes esperar cada segundo, minuto

o la misma eternidad de un beso.

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