Te recordé para decir adiós

Te recordé para decir adiós

Pecas de Bronce

12/07/2017

Hoy fue una de esas noches estrelladas, un clima perfecto que hace mucho no presenciaban mis ojos, después de tantos meses de intrépidas tormentas y flagrantes truenos. No podría haber escogido un momento más especial como este. En esta noche donde el cielo era más basto que el propio universo, recordé todas y cada una de tus formas, cada esquina, cada pliegue, tu textura y cada aroma. Fue casi sublime poderte ver en mi imaginación y recordar lo mucho que disfrutabas los espectáculos del firmamento, la emoción emanada de tu espíritu con un telescopio, tu cara de inocencia al descubrir una constelación, el sonido de tus cuerdas vocales gritando al ver un cuerpo fugaz… Entre esos ires y venires del pensamiento, logre recrear esos momentos de cuanto me amabas, lo segura que me sentía, pero más que nada, la tranquilidad que me daba tener la certeza que eras tú el ser más amado dentro de mi voluntad, el poderte amar con mis seis sentidos, el darme cuenta de lo bonito que es un amor sin deudas y sin embargos, solo amar por amor y dar amor por amar. No puedo negar que sentí nostalgia, ya que de esos amores no se dan a luz muy seguido, sin embargo, algo tan puro y nato, no puede generar tristeza ni mucho menos rabia, esos saldos de cuenta creo haberlos pagado ya y con creces, solo se recreó en mí el sabor de ti, de tus labios, de tu ser. Después de tantos años de no verte, ni siquiera en mis sueños más profundos, porque de alguna forma mi duelo te desterró para ya no crear realidades alternas, esa noche te vi, te vi en mí, y me vi en ti. Y entre tantos pensamientos que emanaban tu nombre, mi voz logro armar una sola palabra que dijo en todos los tonos un suave Adiós.

Luego de ese viaje en el tiempo, con un gran salto entre dos mundos, la caricia hecha en mi humanidad por el mismo viento que golpeaba mi rostro en este nuevo viaje que emprendía, logro entumecer mis ojos para hacerlos cerrar, las corrientes migratorias en mi sangre pude sentir como se fueron deteniendo, luego de un sonido tan estrepitoso y gutural, siguió un gran golpe que me llevo a flotar por un túnel, lleno de constelaciones y nebulosas, por un momento creí estar en un agujero negro, donde al final del recorrido logre ver una destellante luz, ese sonido de aurora con la que se hablan los ángeles, lo que que en un llanto concluyo y una voz termino en Hola.

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