Déjame Quererte – Capítulo 6

Déjame Quererte – Capítulo 6

Aldana Ortiz

08/07/2017

En 5 minutos tengo clases y recién estoy yendo al instituto. ¿Qué paso? Pues luego de ver a Ethan con esa chica volví a casa. Mi madre me dijo que saldríamos a cenar así que me bañe, me vestí y nos fuimos. Estábamos en el restaurante del club del que son socios mis padres y por supuesto yo también. La cena iba tan bien, charlamos de cosas de mi infancia y de mi padre. Las cosas entre ellos no van del todo bien, pero por el momento no van a tomar ninguna decisión. Sinceramente espero que mi padre logre superar su dolor antes de que pierda a mi madre. Llego al estacionamiento y dejo el coche y salgo corriendo hasta mi casillero a sacar el libro de literatura y voy- de nuevo corriendo- al salón. Toco la puerta y la abro.

– Buenos días profesora, disculpe la demora. Tuve un contratiempo- me disculpo con ella poniendo una carita de perro

– Señorita Murphy, ¿porque ya no me sorprende nada de usted? Retírese de mi clase

– ¿Que? Pero son solo 5 minutos tarde- esta profesora realmente me odia, hasta le hice mi cara de perrito triste y abandonado- a la que nadie se resiste- bueno al parecer no era tan cierto eso.

– Salga o la sanciono por llegar tarde e interrumpir mi clase

Dicho esto, salí de allí y me fui al lugar de siempre, mi árbol. Sé que no soy la mejor alumna en literatura, pero tampoco me va tan mal para que me deteste. Aunque pensándolo bien supongo que mis interrupciones y risas en clases la deben molestar. Sonrió recordando eso, es que ¿hay alguien en este mundo que le guste la literatura? Si lo hay debe estar loco, de eso estoy segura.

Estaba escuchando música con los audífonos y pensando en lo que paso ayer con Ethan, aún me sigue molestando y siento una desilusión al no haber sido yo esa chica, pero lo cierto es que yo mismo lo aleje, de nuevo. Y aún sigo sin estar preparada para empezar de nuevo con él.

Tras un buen tiempo de pensar en esas cosas he tomado una decisión, dejare ir a Ethan. Él no tiene por qué cargar con mis miedos. Si él pudo superar lo que sucedió el día del accidente me alegro muchísimo por él, pero yo simplemente no podré, por lo menos no ahora.

Cierro los ojos recordando cada momento que pase con mi hermano, curiosamente los recuerdos más felices son los más tristes. Limpio una de las lágrimas que se escaparon de mis ojos y al abrirlos veo algo que no hubiese querido ver en ese momento.

– ¿Sabes? Las niñas lindas no deben llorar- me miraba como triste, pero me mostraba una sonrisa tratando de reconfortarme

– Ahora no- hable sin ánimos y me pare, di media vuelta y estaba por hacer mis primeros pasos para irme, pero una de sus manos toma mi muñeca haciendo que vuelva a quedar en frente de él, pero para mi sorpresa eso no solo quedo ahí si no que me abrazo. Me quedo atónita ante su acto sin saber qué hacer. No pude corresponder el abrazo, pero tampoco podía alejarme. Luego de unos segundos que para mí fueron horas él se separó un poco de mí, sostuvo mi cara entre sus manos y acaricio mis mejillas. Rápidamente me aleje de él.

– Qu… que haces James- no pude evitar tartamudear por la incomodidad

– Perdón, no pude resistirlo. Te sentí tan frágil que solo quería que supieras que estaré contigo si me necesitas- ¿este es James? Nunca espere que alguien tan odioso tuviera una parte como esta en su persona.

– Estoy bien James, no te preocupes- hable seria. Estaba de camino hacia el interior del instituto. Era hora del receso así que fui a la cafetería para encontrarme con mis amigos.

– Por fin los veo- digo sentándome al lado de Nick – por fin te veo -le digo al oído y lo abrazo y el me lo devuelve

– ¿Está todo bien pequeña? – susurra en mi oído a lo que niego lentamente la cabeza para que nadie vea- luego hablaremos- volvió a susurrar, pero sin soltarme. En sus brazos me sentía cómoda, como si fuese mi hermano el que estuviera conmigo cuidándome. Deshago el abrazo para comer un poco- de su desayuno claro ya que olvide comprar algo- y tomo de su jugo.

– Oye deberías comprar tu propio desayuno- dijo este mirándome enojado-claro que era un juego- hice mi carita de perro triste- o no, no hagas eso. Es mío y no te lo daré. – sigo con mi cara haciendo pucheros – está bien, está bien. Lo compartiré- dijo rodando los ojos y yo solo reí.

– Eso no hará falta- oh oh. ¿Creo que ya se imaginan quien es no? Volteo a mirar a la persona que está detrás mío y sí, es Ethan. Deja una bandeja con facturas, café con leche y un vaso de jugo de naranja.

– No debiste hacerlo- dije seria recordando lo que sucedió ayer. Este no dijo nada y fue a sentarse a su lugar. Tome el desayuno un poco incomoda por la situación, pero entre charlas y risas lo olvide.

Estábamos en clases de historia y estaba algo distraída la actitud de James me dejo algo inquieta. ¿Debería de pensar en eso? ¿No tendría que estar pensando en Ethan? Todo esto es muy raro, además claro de que Ethan no haya dicho nada de lo de ayer.

– Señorita, señorita- alguien toca mi hombro y reacciono. – me puede decir de qué va la clase? – no sabía que decir, era obvio que no preste atención a nada de lo que dijo. Agache mi cabeza pensando en que decir y nada venía a mi cabeza- ¿se siente bien señorita Murphy? – bingo! Acaba de darme la excusa perfecta

– Disculpe profesora, pero la verdad es que no preste atención a su clase- antes de que pudiera decir algo seguí hablando- al principio de la clase trate de enfocarme en lo que usted estaba explicando, pero empecé a sentir punzadas en la cabeza y me fue difícil concentrarme, lo siento mucho- termine mi discurso tocándome la cabeza.

– No se preocupe, puede ir a enfermería si gusta- siguió caminando como sargento por el salón mientras seguía su clase mientras yo hice lo que ella dijo y salí, pero no al lugar mencionado. Simplemente necesitaba aire. Iba caminando por el pasillo y veo venir de frente a James así que trato de hacer como si no hubiese visto.

– Te salió mal el intento de ignorarme- se apoyó al lado de mi casillero y lo mire sin saber que decir. Fue muy inmaduro haber hecho eso.

– He…. no me di cuenta de que estabas aquí, yo…- trataba de buscar alguna excusa, pero él se adelanto

– Tranquila no hace falta que me des explicaciones, yo quería invitarte a una fiesta, el equipo hará una el viernes por la noche y quería que fueras conmigo- wow que directo fue

– Yo no creo que sea conveniente

– ¿Por qué? ¿Acaso tu novio se va a molestar por una simple fiesta? – sonrió de medio lado como desafiándome

– ¿Novio? No es mi novio- dije segura

– ¿Entonces que te detiene? – se acercó un poco a mí y yo a él para demostrar que no iba a intimidarme

– Nada- dije mirándolo a los ojos. Él se acercó un poco y ya estaba poniéndome nerviosa al ver que era muy poco el espacio que nos separaba.

– Hecho, pasare por ti a las 7- giro y se fue dejándome atónita. ¿En qué me metí?

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS