vas a llorar y no sabrás por qué.
Y si tienes la respuesta no querrás aceptarla.
Aceptar…cuesta. Asimilar… cuesta.
Vas a querer no llorar, para que no te vean débil.
Pero sobre todo vas a querer llorar para sentirte humano.
Vas a querer llorar en todos los rincones; mientras vayas de pie y apretada en el metro. Cuando haces la cola del súper. Esperando el pan de las 6:00 am. Camino a casa después de un largo día de trabajo .
En medio de la multitud también vas a querer reír.
Mirar fijo.
Olvidar o más bien fingir que no pasa nada.
vas a reír , pero la risa solo es instantánea , desechable , efímera.
vas a querer llegar a casa para llorar
Y también, para no llorar ,vas a dormir. Pero cuando despiertes la sensación aún no ha acabado.
Se te va hacer un nudo, un nido, un ovillo.
se te van a cristalizar los ojos, los pensamientos, el alma, hasta el aire.
Vas a querer llorar, pero no aceptar, y si no aceptas . No pierdes, porque ese es el proceso.
Vas a querer salir,
para no llorar,
estar rodeada de gente,
de ruidos,
para no habitarte.
Y en medio de todo eso vas a desear estar sola para soltar;
lo insostenible, lo insoportable , lo insociable.
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