El ave de carne y aire perdido se encuentra
Volando por las cabezas de individuos incautos
De individuos con parches en los ojos
Con rajaduras en vez de boca.
Y el sol golpea fuerte sobre las cabezas
Hace que afloren otras nuevas, más imberbes e ignorantes
El ave tiene de dónde comer
Tiene un reposo burdo pero constante.
Entonces la carne pesa más que el aire
La tierra puede más que el mismo cielo
Lo obliga a aterrizar, a chocar con el pedazo de piedra
Esa piedra fría que lo recibe
Llena de sangre injusta, llena de palabras al albur
Llena de malas intenciones y de tentaciones carnales
Llena de pecados que más que pecados parecen tonterías
Y donde las tonterías se disfrazan de pecados
Esa piedra que lo enajena, que lo escribe y retrata
Esa piedra en donde el hombre lo tortura
En donde lo manosean y utilizan
En donde lo crean, lo explotan y lo desechan
En donde lo cazan y lo comen en grandes mesas
Entonces… es entonces cuando el ave muere
Muere muerto, la piedra lo mata y el hombre lo remata.
De pronto como una quimera, aparece la luz
Luz que destruye los cuerpos, que salva al ave de morir por tercera vez
Morir envenenado por los pensamientos negros
Esos pensamientos construidos con y por la nada del hombre.
Esas alas que fueron palmarios de tu libertad
Por fin crecen de nuevo, huyen de la trena oxidada
Esa jaula oxidada por la carne
Y que el aire le da un color de respiro.
Entonces el ave de carne y aire desaparece en el viento
Y deja de ser carne para ser aire
Deja la tierra quemada para planear por sobre los cielos
Cielos repletos de aves, llenas de polvo e ingenio.
De arriba se observa mejor el abismo que del mismo abismo
Alguien ya muerto sabrá cómo vivir de nuevo
Mientras que los vivos en la tierra se atormentan
Tormentos provocados por la ignorancia de la muerte.
Y ahí el ave los observa, los analiza y les susurra
Les susurra mientras toma el vuelo
Mientras alcanza el preciso viento del norte
Para viajar al sur, en donde el este se ve mejor desde el oeste
Vuela hacia arriba, por sobre el suelo pero siempre bajo el fin
Entonces el ave deja de ser oscuro y se ensalza en los techos del planeta
Llega a lo alto del cielo, buscando una nueva presa
Llega a las nubes, que igual de blanco que él
Lo recibe con los brazos abiertos
Entonces el ave deja por fin de ser aire y carne
Ahora sólo es ave, ave de nada para la nada
Ave de todo y por el todo
Es un ave de infinito, es el ave eterna
El ave que siempre brilla en el cosmos, es el cosmos
Es el principio, el fin y el círculo sin fin
El ave deja de ser ave, carne y aire
Deja de ser el ‘ser’ para ser el ‘SER’.
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