-He soñado un mundo. Y debo confesarte que todo intento por describirlo se torna fugaz, ya que cuando más lo pienso más lo olvido.
Lo que puedo decirte, es que aquel es un mundo desinteresado y sin lugar alguno para los fracasos; es más, dudo que esa palabra exista allí.
-¿Sin fracasos?
-Así es, porque en él no hay proyectos. Más todo ha sido realizado. Al principio creí que era el mejor lugar para habitar; sin embargo tanta perfección me desanimó.
-¡Tu siempre sueñas raro!
-Y tu también ¿O cómo son entonces los sueños?
-Ya sé lo que pretendes, hoy no tengo tiempo para discutir contigo. Tengo mucho trabajo y – interrumpe su amigo-
-Esta bien, esta bien. No te quito más tiempo…
CONTINUARÁ
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