me dedique al tiempo

era solo una tarde desnuda…

de principios  y de carácter era ella toda simple

sin melodías sin temores sin besos, las caricias morían esa tarde

no obstante los segundos pasaban y el reloj penetrante en la pared giraba cual suspenso en segundos, minutos y horas…

¡para que vivir  así!

que mas da ya todo esta perdido, no valen los lamentos, no vale pretender retroceder ella se fue… lo irreparable también es imperdonable

sutil y efímera tarde de remordimientos para que, de temores, de sacrilegios

ha muerto el tiempo y no es mas que solo eso

pero para la vida quizás es toda entera desperdiciada en cuarentena.

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