La llegada

LA LLEGADA

La llegada al pueblo de Morral aquella noche de viernes, tan fría húmeda y oscura, y a aquel bar-restaurante casero que bien conocía de tantos fines de semana comenzados allí, no parecía ser la experiencia más atractiva y acogedora posible en ese momento.

Había decidido que empezaría aquella novela que deseaba escribir desde hacía mucho tiempo y decidió, también, que sólo lo conseguiría si se aislaba de su día a día y se encerraba en aquella casa de montaña gerundense,en la que tantos fines de semana él y Natalia habían pasado juntos.

Pero esta vez era diferente. Su intención era estar unos días solo apartado de lo cotidiano y de la ciudad. Por eso, esta vez, llegaba al restaurante del pueblo el viernes por la noche, sin su mujer, con su cartera, su ordenador y su teléfono móvil que, cómo no, situó a su lado, para, dentro de todo, sentirse acompañado y conectado al mundo, a su mundo, sin renunciar a la soledad que ahora necesitaba.

Todo era diferente. Al entrar en el viejo bar los parroquianos le miraron con ojos de sorpresa e incomprensión. Huraños. Alguno comentó, en voz baja, la extraña circunstancia de verlo allí, sin compañía, a esas horas y ese viernes en el que, normalmente, su mujer se sentaba frente a él, ambos dispuestos a disfrutar de la desconexión que les proporcionaba el recién estrenado ¨fin-de-semana¨.

Era absurdo explicar a cada sorprendido cliente su sana intención de soledad, que incluso apoyaba Natalia, sabedora de su ardiente deseo de encerrarse a escribir.

Joan, el viejo camarero, le preguntó por ella con extrañeza, curiosidad y cierta impertinencia, retirando el servicio de en frente.

-Viene solo. Y su mujer?

-No pudo dejar un asunto que la ata a la ciudad este fin de semana- le aclaró-

En ese instante descubrió que la trama inicial de su novela estaba allí. Ese sería el inicio de su historia; Así se dijo a sí mismo :“un asiduo visitante del pueblo, escritor y vecino ocasional, se aparta de todo lo cotidiano para aislarse en su pequeña masía de montaña y poder empezar su nueva novela, pero al hacerlo descubre que sus habitantes de costumbres cotidianas y monótonas en ese pequeño pueblo en el que nunca ocurre nada original ni diferente del día anterior, le censuran ,murmurando o, al menos, sospechando de los ocultos motivos y de lo inexplicable de su soledad allí y ahora. Una amante escondida? Planes inconfesables inundan sus mal disimuladas conversaciones y sus gestos de desaprobación se hacen evidentes. “

Frente al relato que empezaba a dibujarse en su imaginación casi no cenó. Empezó a darle vueltas a la historia, frente a su plato de costillas de cordero con ensalada, adivinando los ojos sorprendidos e indisimulados -aunque ellos pensaran que sí- de los conocidos vecinos. Acabó la cena y recogió sus pertenencias. Pagó la cuenta, barata, y se introdujo en el coche ahora tan frío. Se encaminó con rapidez a su caserón a través de la oscura pista forestal, que se abría frente a él con la incisión de la amarillenta luz de los faros de poca profundidad de su ya antiguo vehículo.

Tras llegar al viejo hogar cruzando el dintel que rezaba grabado en su piedra “ 1.780 “, abrir la pesada puerta, que se quejó como siempre, y casi disfrutar del aroma a humedad con que le recibía la casa cerrada desde hacía unas semanas, cargó la leña almacenada en la leñera del piso inferior, encendió el fuego, estrenó una polvorienta botella de vino tinto , un viejo Montsant que adoraba, instaló su mesita de madera y una pequeña lámpara de pié y pantalla de pergamino y bajo su amarillenta luz, con el vaso de tinto a rebosar y la tercera sinfonía de Mahler en su aparato de música, abrió el ordenador portátil , haciendo crujir los dedos, que él escuchó como el aplauso de bienvenida de un público inexistente, y se puso a escribir:

La llegada al pueblo de Morral aquella noche de viernes, tan fría húmeda y oscura, y a aquel bar-restaurante casero que bien conocía de tantos fines de semana comenzados allí, no parecía ser la experiencia más atractiva y acogedora posible en ese momento.

Juanmiguel

Marzo 2016