Los días confinados

De la sorpresa pasé a la desesperación.
Del corazón roto al abrazo que sana y reconforta.
De la despedida -de las despedidas- repentinas al reencuentro cargado de ilusión.
De despertar tarde por vivir de noche a dormir temprano para vivir el día.
De rumbear en bombacha sola por la casa, a bailar en patas una playlist de rock en la cocina mientras preparamos la cena.
De planear el próximo viaje a pensar que haremos mañana.
Respirar de manera consciente apenas despertamos, volcar pensamientos en tres páginas vacías de algún cuadernos, meditar; unas posturas de yoga.
Cada mañana un desayuno distinto, leer un libro al rayo del sol.
Crear. Crear nuevos juegos, nuevas comidas, hacer arte. Crear. También creer; y descreer al mismo tiempo.
Sentirnos plenos de a ratos, mermados de a otros.
Ataques de risa incontrolables. También he ido a la cama llorando.
Una carta de puño y letra para mi mejor amiga que se la envío por WhatsApp.
Miro fotos de los viajes.
Hacemos catarsis en redes y registro en Stories el día a día, cada vez menos. Me harto del teléfono y no quiero hablar con nadie, otras veces te organizo el FaceTime grupal..Ojalá nos refugiemos ante tanta incertidumbre en esas charlas. Pienso más de lo que digo y cuento menos de lo que quiero contar. Ah pero vivo hablando.
Invento cosas para estar activa o hago la gran García y ahí me ves yendo de la cama al living.
Escribo más pero nada me parece digno, quiero aportar ideas pero no sé a quién, armo proyectos y los desarmo por miedo. Al otro día los vuelvo a armar.
Hay momentos en que digo, pucha si alguien quiere bajarse este es el momento, el mundo está parado pero al mismo tiempo me retruco o más activo que nunca.
Miro al cielo y tengo la sensación que el aire es más puro así que sonrío.
Los días pasan sin necesidad de contar el tiempo. Contemplar se vuelve casi tan necesario como respirar.
Como siempre, una canción de Fito, de Charly o Spinetta para pasar el rato más ameno. Un recuerdo de los viajes en familia escuchando la discografía completa de Ismael (porque papá maneja, papá elije la música) me volvió a la mente así que puse Ya Ves y una frase me voló el corazón: “si no ves más allá de tu horizonte, estaremos perdidos”.
Hoy la comprendo más que nunca.