Café amargo en la taza de flores.

Café amargo en la taza de flores.

En una cocina de los años ochenta, no muy grande, con los muebles color verde agua, el piso a cuadros. Hay una mesita pequeña de madera y en esta, dos tazas de café. T está sentada enfrente de S.

T.- Es que yo ya no te entiendo, (se levanta) ya no sé que quieres de mi, (se dirige al lava platos y empieza a lavar las caserolas sucias) ni siquiera sé que quiero, por qué has vuelto, sabes que soy débil, que contigo yo soy débil.

Hace una pausa mientras sigue lavando.

gira la mirada hacia S, lo mira nerviosa.

No me vengas a ofrecer tu amistad barata… (hablando para sí misma) baratísima, (pone un gesto triste ) no me sirve para nada, de que me va a servir hablarte de cosas sin sentirlas; con otros eso funcionará, (lanza una carcajada) normal, no los he amado.

Suspira, se seca las manos y mira por la ventana que esta en frente del lava platos.

Tú no entiendes… No entendiste mi amor tampoco, no entendiste que yo me espantaba de no saber cómo demostrártelo de la forma más pura, que me aterrorizaba la idea de ser pesada – a mi me choca la gente pesada-, fue mi error dejarte tu espacio, tu vida. Yo quería compartirla contigo pero no hacerme dueña de ella.

Hace una pausa larga, mientras se muerde el indice, voltea a verlo.

¿Para qué me hablas de tus penas, para que me sienta culpable o intente consolarte? Soy solo un recuerdo divagando en tus pensamientos pasajeros, ya no soy parte de tus días, ni de tus noches, ya no soy quien va tener tu sonrisa enfrente y tampoco escucharé los «te amo» susurrados al oído en las noches tormentosas.

Nuestras fotos se volvieron borrosas y se fueron perdiendo en las calles, en los parques, en los lagos, en los bares. Nos fuimos dejando, nos fuimos en vientos contrarios y sabíamos que era para ya no encontrarnos.

Se dirige hacia él y se pone de cuclillas, le toma de las manos y con una voz más calma

Mira deberíamos dejarlo fluir, este olvido entre los dos, sí, ya sé, yo quería irme a otro planeta contigo y quería crear galaxias en nuestro cuarto, yo lo quería todo contigo, pero tú ya lo haces con alguien más, yo no te voy a impedir quererla y hacer tu vida con ella, tú lo quisiste así y así se hará, yo también hago mi vida, algo más desenfrenada y efímera, pero la hago sin remordimiento, porque yo no me voy hiriendo el alma.

Se levanta y se va a sentar en la silla en frente

Vete, si quieres escuchar que ya no te quiero, lo diré, nadie te ha encerrado en una jaula… (mirándolo con nostalgia y casi susurrando) aún sigues siendo aquel pájaro asustado por las olas del cielo…

Mira las tazas de café que ha servido ya hace un rato y agarrando su taza con las dos manos, lo mira con dulzura.

Pero mira, primero tómate este café conmigo, tómalo amargo como yo, en esa tacita de flores.

Pero tómalo rápido, que se enfría, cuando lo termines, levántate y olvídate de estos últimos siete años, olvídate de aquel verano y esas dos increíbles semanas.

la escena se va haciendo oscura.

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