Es curioso como por la noche todo es más bonito.

Abrimos las puertas del día abrazados por la luz de la luna y las miradas de los gatos salvajes.

Las calles se convierten en grandes mundos que solo los nocturnos saben apreciar.

Cuando llega el ocaso la gente duerme y la brisa, alegre, vuela más fresca y más pura. Las estrellas brillan tras la estela de la contaminación, radiantes por la tranquilidad de la noche.

Porque todo cambia con el ocaso, todo es más bonito cuando la gente duerme y no está gritando, peleándose o discutiendo.

¿Qué es lo que hace menos apreciable al día? ¿El sol o las personas? El sol no tiene la culpa de que la gente se despierte con él. Pobre de él, todo el día observándonos y receloso por la belleza y la soledad de la luna.

Porque la brisa vuela fresca y alegre iluminada por las estrellas. Porque todo es más bonito cuando la gente duerme y la Luna, brillante, sonríe a la soledad.

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