Las hadas lloran cuando nadie las ve.

Las hadas lloran cuando nadie las ve…

Las muñecas se ocultan tras las repisas.

Las putas maquillan sus cicatrices y mi alma asesina, sepulta el cadáver odioso, de su debida pena.

Las sombras se sostienen en mi retina, cuando el dolor mi paisaje determina, pues entre mi alma y mis piernas duerme mi verdadera condena.

Y es que mi pensamiento y labios aprisionan el gran secreto que me envenena…

Memorias y esencias capturadas en un verso.

Perfumes y desvelos que conforman mi universo.

Soy la brisa nocturna que empapo tantas sabanas.

Y el corazón sediento que se agrieto cual triste desierto.

Soy la puta, que se vende por un par de noches cálidas.

La inocencia con medias rotas y labial corrido.

La vagina vuelta máquina, con sistema de olvido.

Soy la asesina que se masturba con el cadáver de sus ideas.

La obsesión del caos, la cara oculta de la pasión.

Soy la voz en el subconsciente demente.

La última luz del día, el demonio con cara de niña y el ángel que siempre espía… soy sencillamente, la temida mujer vencida.

Las hadas lloran cuando nadie las ve,

Las muñecas se ocultan tras la repisas, las putas maquillan sus cicatrices y yo…

Soy la asesina que cada noche sepulta, el odioso cadáver de su pena difunta.