Todos los días me paso recogiendo  el néctar de las flores una y otra vez ¡No puedo más! ¡ Esto es el cuento de nunca acabar! Estoy cansado de ser abejorro. De repente se oyó una voz : «¿Que te gustaría ser?» Era una hormiga intrigada que se había separado de la fila de sus compañeras. Parada, embelesada, miraba al abejorro. Se preguntaba si no habría un insecto más bonito que él. Alto, rubio, velludo, robusto, fuerte, tan trabajador… volaba con mucho estilo. Ella hubiese dado lo que fuese por tener alas.Volar muy alto. Salir del hormiguero, ver mundo  y ¿por qué no? volar  con el ruido de su zumbido al lado. 

Sus compañeras mientras le hacían gestos, le decían : » No te pares, ¡vamos, tenemos que seguir!»

El abejorro apenas reparó en la figura pequeñita, alargada, morena, delgada que fijamente le miraba desde la hierba, esperando una contestación. 

¡Venga, vamos!

Ella  sin hacer caso de sus compañeras, volvió a hacer la misma pregunta. Él por fin se dio cuenta. Bajó la vista hasta dónde estaba la hormiga ¿Por qué debo de contestarte?¡No entiendes nada! De la propia rabia que salió de sus palabras se cayó al suelo. Acostado, boca arriba, movía sus patitas sin cesar.  Ella le miraba confusa, sabía que no le podía ayudar porque cuando los abejorros están de esa forma, se convierten en seres indignados, furiosos, que descargan  el aguijón sin ninguna piedad  a quien se acerque. Al mismo tiempo se sentía apenada  por él ¿ Y si se hubiese caído por su culpa?

¡Vamos, vamos!

Un abejaruco  que  desde su rama estaba pendiente de la escena, abría y cerraba el pico mientras anticipando lo que iba a pasar. La hormiga seguía parada al lado del insecto sin saber muy bien qué hacer. El abejorro seguía pataleando furioso. 

¡Vamos, vamos!

El ave sin pensarlo más, cogió al abejorro por el pico y alzó el vuelo . La hormiga miró la escena asombrada. Pensó que quizás el abejaruco era un amigo del abejorro porque sólo verle él dejó de protestar, de patalear   ¡Qué gran amigo que le ayuda y luego le lleva a volar! ¡ ¡Qué suerte poder cumplir su sueño!

¡Vamos, venga!

¡ Ya voy¡ La hormiga finalmente se reunió de nuevo con sus compañeras.

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