Una niña con una capa azul oscuro está caminando hacia una cueva en un bosque por la noche.

El cielo era solo agua, un océano claro y vacío, no había nubes para guiar sus manos con la lluvia esta vez.

Allí, colocó algunos muebles.

Su avión se había estrellado, ella lo construyó, estaba hecho con sangre de luna, la cual disparó, su exterior núcleo duro, quizás incluso arrogante … tan distante …

La sangre cayó de la luna, transformándose en tiernos, vulnerables pétalos, pétalos para su avión, un pequeño avión en forma de juguete.

Estaba en un viaje, buscando una pequeña estrella muy lejos en otro cielo, que tenía la mitad de su alma. Las estrellas son pequeños pedazos de la luna, pero adivina quién de los dos siempre se robaba el foco de atención …

¡Pero esta estrella, a diferencia de las otras, estaba demasiado lejos, demasiado pequeña, un sin significado!

aunque también muy cariñosa ……

Una estrella solo para ti.

Nunca logró alcanzar a la estrella casi invisible, mientras pilotaba, los pétalos se caían y desvanecían como las hojas de otoño contra el viento.

En un lago oscuro y profundo, el avión se estrelló.

Y así, aquí caminó, recordando su avión marchitándose y decayendo, desleal como todo a su alrededor, pasajero y desprovisto de un profundo valor … ya no.

Ella estaba llorando.

La niña finalmente llegó a la cueva, la llamó su hogar y se sentó allí, solo con el bosque y los aullidos,

donde los hizo sus amigos.

Sería más fácil

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