Es raro que viniendo de mi este ahora escribiendo este tipo de cosas, la verdad la muerte y la vida son algo insignificante. Detente a pensar solo por un segundo y verás que la muerte y la vida solo son un instante, el momento en el que naces y el momento en el que mueres. Entonces, ¿cómo vivir? La respuesta que he tratado de responder desde que tenía conciencia y a mis 22 años de vida no he podido.

Saber cuál es el verdadero significado de la vida es lo más difícil que me he planteado, quizá lo es por el hecho de que he tratado de comparar mi vida con la de otras personas.

El significado de la vida debe enfocarse únicamente en la persona que lo quiere descifrar, hay una respuesta para cada interrogante individual, no me voy a dedicar a redactar cual es el sentido de la vida, simplemente daré mi opinión de como yo he poco a poco acercándome al camino de la plenitud de la vida.

Está de más decir que uno sabe que va por buen camino a ser pleno cuando se sabe a qué vino a este mundo.

Las respuestas a las preguntas más trascendentales que me he hecho han llegado sin previo aviso, casi siempre cuando estoy interactuando con la naturaleza. Estar en la cima de una montaña me ha hecho sentir una conexión directa con Dios, escuchar el cantar de los pájaros y la corriente de los ríos me conecta con quienes vivieron antes de mí, la suave brisa que traspasa los arboles me ha hecho tocar cada rincón de mi alma.

Olvidarnos de todo excepto de nosotros mismos, así es cuando se está sumergido en un ambiente de paz y verdadera libertad. Soy fiel creyente que la humanidad puede cambiar para bien si cada uno de nosotros, a una edad indicada se nos llevara a las montañas y se nos dejara encontrar nuestro camino, no se trata de mitigar las posibilidades de vivir pero si de entrar en contacto con uno mismo, tampoco se trata de no tener alimento suficiente sino de saber racionalizar los suministros, no se trata de cavar nuestras propias tumbas en el bosque sino de aprender a vivir con lo necesario.

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