Una larga calle
de madera
Una postal de San Agustín
atorada entre el pecho
y la frente
Un acorde sucio
que recorre como un suspiro
helado
aquella
ciudad quebradiza
al tacto de las luciérnagas
Una melódica dando
a luz en los pasillos
sucios
del Mercado Saint John
Una marea
como de
voces/
El eco de la piel
pegada a las
costillas Una suerte
de personas
Flama-
lluvia-
canto
tras la
esperanza
amarilla de una
luz neón
Un cuerpo pálido
como
de profeta
contando
los días y los gatos
siempre los días y los gatos
Una noche
simétricamente iluminada
por los
astros
de la
AcapulquitoGoldenCelestial
Una imagen de
escarabajos y
flemas Una última
moneda en el
bolsillo
del pantalón
Y la malilla
de nuestra fortuna
Pero al fondo
tú y yo cayendo
siempre cayendo.
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