Las nubes de las dudas,
las más temibles que existen,
se han cernido sobre este
cielo de la libertad.

Constantes, se hacen ver
siempre en el mejor momento,
cuando el paisaje ofrece
un hogar para estos pájaros.

Sin ningún pudor,
ni vergüenza ni clemencia,
mojan las alas de aquellos
que quieren alzar el vuelo.

Y sin ningún alivio,
ni albedrío ni consuelo,
se refugian en las paredes
de unas jaulas abiertas.

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