Tiene un alma tan bella,
que no cabe en esta vida.
No se merece menos
que sentir, sin ataduras.

Sabe que las mejores flores
se visten de espinas,
y que las peores nubes
son las que riegan las dudas.

No existe mayor trofeo
que el que gritan sus dos ojos,
pero el calor del espejo
no puede ser suficiente.

Aunque no entienda el presente,
lo ha visto tras la cortina
que se cierra con la Luna
en las noches de su mente.

Oh Diotima,
que los sueños no te roben vigilias.
Que el aire de las horas
te haga, al fin, alzar el vuelo.

Que aunque no temas la muerte,
si un día su voz te abraza,
dejarás un mundo triste,
sin perdón, ni consuelo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS