Quería entenderlo todo y
decidí cerrar los ojos.


Te vi ahí sentada sola en la mesa de la cafetería: un café, un libro y tal vez muchos sueños. ¿Cómo acercarme? ¿Cómo verte y decirte que mi corazón arde por ti, que dentro, aquí dentro puedo sentir el infinito nacer?

No me mires así por favor, yo solo quiero decirte que en mis sueños te manifiestas más de una vez, y más de mil te entrego mi corazón. Pero esta realidad me esta matando, me consume no saber lo que tus ojos me dicen, yo solo quiero ser feliz, y siento que tú eres la pieza que embona en este rompecabezas.

Dime ahora, que todo lo que te digo es mentira, que tú no eres la de la sonrisa infinita, que no eres quien roba mi aliento. No niegues que ves en mis ojos una pasión por tus labios, no niegues que puedes escuchar mi corazón llamándote. Solo dime lo que ves, y dime si el miedo te aprisiona, o solo la indiferencia se acumula. Yo sabré tomar ambas.


Etiquetas: poema

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS