Pensamientos en una cita II

Pensamientos en una cita II

Ema UB

13/02/2020

¡Sagrados dioses olímpicos! En eso del arte de empatizar con la gente, no he
aprendido nada y por eso me pasa lo que me pasa.

Si existe una categoría de premios para la tipa más idiota de la galaxia,
ese premio debe ser entregado a mi persona.

Aquí estamos una vez más. La misma historia de siempre un yoyista a rabiar,
que lleva hablando exactamente una hora con 54 minutos. Me he prometido a mí
misma que al cumplirse las dos horas; abandonaré el lugar y me iré a casa, me refugiaré
debajo del sicomoro que da al patio del vecino y le contaré todas mis expectativas
fracasadas.

Un yoyista, que empezó a contarme de todas sus proezas en el ámbito de la
arquitectura moderna, la exorbitante cantidad de dinero que ha conseguido,
viajes, autos, soy el mejor, soy el mejor, soy el mejor, todo lo puedo, todo lo
puedo, todo lo hago, todo lo hago…bla…bla…bla… Tú serás mía porque todo lo que
quiero lo consigo.

Por una hora pude mantener la concentración, pero después de ese tiempo no
me pregunten nada. El tipo pudo contar que había asesinado a 100 mujeres y yo
ni me había enterado. No me culpen, seguramente ustedes también lo hubieran
hecho si no les dejan refutar una sola palabra, preguntar nada, o decir mínimo;
que me voy al baño, cierra esa enorme bocota.

Fue demasiada información la que diste, os juro que en estos tiempos
revueltos no deberías andar detallando tus grandes dotes económicas, si lo sigues
haciendo tienes grandes probabilidades de terminar en una acequia con la boca
llena de moscas o tal vez durmiendo con los peces. Pero definitivamente algunos
hombres son de esa raza competitiva que cuando quieren impresionar a alguien
que piensan es una tonta con cara de acostarse contigo, hacen todo lo posible
por estar por encima de lo que ellos imaginan es el estándar.

Ojo que esto no me lo he inventado yo, él lo dijo de una manera muy modesta,
algo así: «Hoy he tenido oportunidades mejores para invitar a alguien a salir,
mujeres que matarían por pasar una noche conmigo, pero de entre todas esas
opciones te he escogido a ti, porque me parece que eres una mujer linda e
interesante, espero que tengamos una velada inolvidable.»

Al escuchar aquello mi primera reacción fue «Hostia que el tipo se cree todo
un dios del olímpico.»

Primera impresión resumida: el tipo era un patán con ínfulas de superioridad.
¿Qué demonios hago yo aquí desperdiciando mi precioso tiempo que puedo estar
invirtiendo en dormir?

Este sistema de tener grandes expectativas en alguien que conoces por saludo
y salir a la segunda es una cuestión de puros tontos, es decir es algo
netamente mío, no me lo roben o copien, no queremos más tontas o tontos
desilusionados vagando un día jueves a las 22h00, como ahora mismo me sucede a
mí.

La cena, la cena fue otro asunto. Él pidió lo que él quería y lo mismo para
mí, con la siguiente acotación: pediré yo, es que me pregunto ¿Te decidirás
rápido por una buena elección? la rapidez con la que respondas está pregunta me
llevaría a preguntarte algo adicional ¿Acaso habías tenido oportunidad de
degustar estos platos tan finos? Acto seguido se contestó él mismo diciendo:
No, seguramente que no, eso pensé, así que querida déjame hacerlo por ti.

Segunda ocasión y marcaban una hora con treinta minutos, así que el punto de
quiebre estaba cercano a llegar.

Para estas alturas del partido cualquier persona se hubiera levantado de su
silla y se hubiera largado en seguida, pero yo no, porque todavía quería
encontrar más puntos para dejarle un discurso corto.

El camarero sirvió la cena, él me miró y me dijo: veo que estás muy
sorprendida, te sorprendes con todo, por eso me gustan las mujeres como tú hay
mucho por enseñarles…

Entonces se completaron las dos horas y definitivamente el tiempo de gracia,
así que:

«Bueno, veo que te gusta fanfarronear de todo lo que sabes u ostentas, lo
cierto es que eso no me impresiona en lo más mínimo, pedir un plato francés du
poisson et citron sauer, es decir, pescado con salsa de limón no requiere de
demasiada ciencia y conocimiento. Aparentemente sufres del efecto Dunning
Kruger, pero eso ya lo sabías porque aparentemente tú lo sabes todo, lo cual
debo felicitar.

No, no será está una velada inolvidable porque me he aburrido hasta las
orejas con tu monólogo, seguramente impresionaras a muchas lo cual está bien
para ti, por eso te esfuerzas con esto.

No, no dormiré contigo, así como lo has insinuado al decir que has tenido
mejores oportunidades. No, no soy una tonta, tengo cara de boba, pero no lo soy
en demasía, aunque al diablo, por aceptar salir con un idiota como tú si soy
una boba empedernida.»

Atentamente,

La chica que conociste en un concierto de heavy metal de la cual ni siquiera
sabes el nombre, pero tuviste la osadía de invitar a salir y de paso humillar.

Gracias, bufón disfrazado de profesional exitoso.

Etiquetas: cuentos

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