TESIS: La Literatura nos ayuda a salir del barro.

TESIS: La Literatura nos ayuda a salir del barro.

TESIS: La Literatura nos ayuda a salir del barro. Y nosotros nos ayudamos leyéndonos.

Pido humildemente al lector un poco de paciencia para intentar exponer el hilo conceptual. Gracias.

¡Eres increíble! Είσαι απίθανος!, me grita ella. «¡¡Vago, te pasas todo el día delante de la pantalla del ordenador!! Tempelis, είσαι όλη μέρα μπροστά στό (ν) υπολογιστή.

Antífonas ortodoxas resuenan en mis oídos. Mi tía Eufrasia dándome la brasa, una repetición del sermón de la montaña. Una tarde de domingo cualquiera.

La última vez que le respondí a mi tía maleducadamente diciéndole que no era de su incumbencia el tiempo que paso delante del ordenador, ella me atizó con la vara de avellano. La Tía de la Vara, vaya leñazo. Estuve escupiendo dientes mezclados con sangre , o para decirlo en finolis: » brem ejectatem mixtos que in sangrine dentes».

Soy escritor. Practico el canibalismo literario y cuando me pongo a leer o escribir no escucho a nadie. Puede suceder un cataclismo telúrico que no levanto los ojos de la novela de Dostoievski. Versifico o busco palabras en el Elkönig de Goethe o / y me sumerjo en un trance vacío e insatisfecho. Busco unicornios, destrozo guiones, lleno papeleras de folios llenos de correcciones. Tacho, reescribo, corrijo bordeando acantilados de mampostería, inserto en un audaz arranque humanista fragmentos dispersos. Intento crear la obra de mi vida. La Literatura me ayuda a retrasar la llegada de un Señor llamado Al Zeimer. Nos ayudamos mutuamente. Papel de estraza y onomatopeyas. Tengo que entregar el manuscrito en 10 días o me quedo sinblanca. Las pesadillas se abalanzan sobre mí. Estaban aguardando, agazapadas, y ahora caen sobre mí. Estoy en blanco y no soy capaz de escribir nada decente, y menos mientras me gritan, como hace la Tía Eufrasia, bordeando los 120 decibelios.

Nos ayudamos mutuamente, a veces.

La Literatura es ése tóxico que te ayuda o te mata. Ese veneno que te traspasa cuando con tu pluma de ganso escribes sobre pergaminos complicadas historias o breves y concisos ensayos con final sorprendente.

Pero ése elixir se ha impregnado en tu piel y esa tinta con la que has escrito la historia te está intoxicando absorbiéndose con una cinética de orden uno y penetrando en tu sistema circulatorio. Y estás enganchado de por vida, lo quieras o no. En búsqueda de la inspiración pateo los paterres de los camposantos, saltando entre las tumbas, tal como hacía Zorrilla antes de escribir su » Don Juan». O agarro la guitarra y vivo de la caridad, despatarrado en mitad de la Belzerstrasse, disfrazado de mendigo, como hacía Heinrich Böll en Köln (Colonia) en los años 60.

De Arthur Rimbaud y el empinar el codo dándole tela a la absenta y una temporada en el infierno, hablamos otro día. Thomas de Quincy se comía el opio como quien se toma empanadillas de Móstoles. Hemingway, como dice una enciclopedia argentina muy puritana, «arreglando una escopeta, tuvo un accidente».

Me encanta la pureza de ésos viejos libros enciclopédicos donde se intenta dulcificar la vida y a un suicidio le llama «accidente».

Hoy día, las vidas y las infancias de nuestros hijos son agredidas desde todos los frentes. Se sueltan barbaridades en TV en directo. Se viola y mata a las mujeres en España, más que nunca. Hay manadas sueltas de depredadores violando chicas. Deprime ver la maldad y la escasa utilidad de las leyes. Enciendo la TV y me entero que una mujer en España sale a hacer footing y es asesinada; no es un guión de novela negra de Petros Márkaris.

La Realidad supera a la ficción.

Prefiero sumergirme en la Literatura y nos ayudamos mutuamente. Ella (La Literatura) ayuda a olvidar la sucia realidad. Αλληλοβοηθούμαστε!

Bajo la influencia de la macabra noticia, otro asesinato, prefiero abrir un libro, el que sea. Elijo uno, de Luca de Tena. Paso la tarde por empinados desfiladeros, bosques inclinados, búnqueres en la estepa rusa, cárceles infinitas, páramos legamosos fríos y estepas siberianas. Es un mesmerismo que me funciona.

Ese Abtrennung me facilita la vida. Esa Entfernung o ablación emocional que nos permite eliminar todo lo malo y crearnos una zona de confort, un oasis en éste caminar por éste Valle de Lágrimas. En realidad es un sucedáneo. Me gustaría a veces tener un lanzallamas y darle candela a esa ingente cantidad de hideputas que nos rodean. Como decía no se quien, un francés, creo: «El infierno son los demás». Como escritor, J. P.Sartre, el autor de la frasecita era mediocre como escritor, pero como filo-sofista, no era malo del todo.

¿Sabéis por qué las garzas se elevan tan fácilmente al despegar? Porque sus huesos están llenos de aire. Así la Literatura está imbricada en mí, plumilla aficionado.

Esa libertad creadora que la Literatura ofrece permite salir de tediosas vidas mortales, somos Sísifo de nuestros trabajos, esclavos de nuestras hipotecas, diáconos ursulinos que agonizamos delante del televisor.

Clara Campoamor no era así, en su libro nos cuenta lo que ya sabemos hoy. Como la increpaban en 1931, cuando sólo había dos mujeres parlamentarias universitarias.

E. M. Cioran, y la antología del retrato: nos entrega la antología de la Literatura.

Somos turba inmunda, prioras ursulinas que bebemos en fuentes marchitas como el » Sálvame de Luxe», y en un audaz arranque humanístico, sólo podemos elevarnos por encima de nuestras mediocres vidas sepia leyendo a Cunhal, o Les Fleurs du Mal del poeta maldito Baudelaire, Verlaine, Omar Khayham, Mallarmé, Evelyn Waugh o la Baronesa D´Orcy y su «Pimpinela Escarlata» luchando contra los sicarios de Roberpierre, el incorruptible perseguidor de dandys ingleses, capetos y borbones.

Bioy Casares escribió que la Literatura era » La otra aventura», la de leer. Los proemios y los poemas que te cambian la vida. Generalmente si irrita, es porque la Literatura es buena.

Si deja indiferente, por ortodoxa, no suele ser innovadora.

Ni buena.

Etiquetas: literatura sanacion

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