La soledad dejó de ser calamidad en los sueños urbanos que hicimos polvo.

Sin embargo, es ciertamente hermosa la espera nocturna de verle llegar.

Las sabanas trepidantes de orgasmos premeditados son ungidas por esa colonia barata que usas.

Mientas la palabra clandestino murió de tristeza en los suburbios.


Que vergüenza de la luna y de la noche estrellada que guardo el secreto

del dolor profundo que dejo el crepúsculo que te disolvió después de un cigarro y un gracias

o de la presencia que brinda amaño a oscuras y la ausencia que deja un pesar afanoso al llegar el sol.

He cambiado las palabras por suspiros, porque en las sombras solo murmura lo carnal

No me molesta el hecho de no valerte lo suficiente, si no la verdad de no valerme lo necesario.


Ambicionar un corazón que palpita en otro pecho, es la primera cuota a la locura

la esperanza nace tras cada beso robado, aunque el alma se muera respirando realidades

me repito incesante el valor de la aventura, justificando el costo de seguir forzando a la vida.

El tiempo no es amigo del enamorado, se hace corto en el éxtasis, y largo en su abulia por no estar

De ahí mi enemistad con el reloj… Y amor por lo sempiterno.


Compartimos el mismo año, pero vivimos en tiempos diferentes.

Cada uno a su manera, Igual de asfixiante, igual de solitario.

Este es el precio de amar lo prohibido, y desear un destino que ya fue esculpido.

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