Que haría yo sin tanta locura de vivir,
sin tantas ganas de venir a verte y
sin el aliento cotidiano de sufrir.
Pensar y repensar
¿Qué hay allá y que hay acá?
Siempre capaz de mirar,
ávida de escuchar,
ansiosa de sentir
de vivirlo así como es,
simple siempre y complejo todo el tiempo.
Dudosa de ese paso que va a dar
ansiosa de lo lindo que va ser al terminar.
La dicha de esperar no tiene precio,
no hay oferta y demanda en el amor,
ese que no está enclaustrado en tus deseos ni en los míos,
ese que ni lo piensa
la hegemónica construcción dominante
de hacia donde debe ir y como va a salir del cuerpo.
Ser cuerpo y pensamiento,
y ser infinitamente cruel,
pero inmensurablemente hermoso, o hermosa,
cómo tú cara, tu escencia
y tus risas que contagian vida.
OPINIONES Y COMENTARIOS