Tango con la vida.

Querida vida. Esta vez quiero hablarte desde lo más profundo de mi alma. Callando la mente, abriéndome el pecho, con la mano en el corazón y mi cuerpo lleno de heridas. Aún huelen a pólvora cada una de mis cicatrices, hay incendios que no consigo apagar. Cenizas que se niegan a resurgir por que se han empeñado en seguir siendo polvo. Y en mi corazón las grietas tiemblan ante el invierno que amenaza con quedarse. Mi cabeza finge haber encontrado el norte en tierras desconocidas. Por aquí no sopla el viento, ni hayo brújula que me diga por donde saldrá el sol. Pero bailo, al son que a ti se te antoja, a tu manera, al estilo que tú quieras. Y es que hasta se me ve bonita moviendo las caderas llena de arañazos. Tú que me has enseñado a sonreír cuando el mundo se me cae a pedazos. Parece que ya soy experta en vivir en escala de grises con ausencias de colores. Brillo más en los días nublados. Incluso estoy empezando a amarlos. ¿ Eso es lo que querías? ¿Que no huyera y abrazará mi infierno, el tuyo? Aquí estoy concediendo tus deseos, aplicando tú lección. Por fin seré tu mejor alumna y no cederé ni en las peoras tormentas. Te abrazaré fuerte cuando el dolor llame a mi puerta. Le haré frente y con una sonrisa le diré al oido: Estoy lista para bailar contigo mil veces más.