Cuando las promesas se rompen y las paredes se levantan,

Cuando los mares se separan y las lágrimas se convierten en ríos –

Los milagros desvanecen y reina la soledad

Que te agarra sin piedad y te pierde en sus entrañas.

Como tú un día te perdiste en las mías.

Pero luego te fuiste y me dejaste mordiendo el polvo ante los recuerdos

Y gritando al cielo sin soltar ni un ruido;

Rogando al silencio y soñando con un mundo sin muros,

con mares unidos

y con un refugio entre tus brazos.

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