La pérdida de un ser querido, un castigo

La pérdida de un ser querido, un castigo

VintageLover

21/12/2019

Perder a un ser querido es la peor manera en la que la vida te puede castigar.

Y sí, la vida nos multa a todos.

Nos destina a la muerte desde el comienzo, juguetea con nosotros; nos hace formar sentimientos, nos engendra en las entrañas las ganas de seguir y al final, ¿de qué sirve?

Te irás… te irás para irte eternamente… porque el tiempo no absuelve de sanción, porque los muertos no conciben…

Dime, ¿quién se quedará con todos los recuerdos que tengo con mi viejo? Cuando yo muera aquellas remembranzas tan bellas e importantes morirán conmigo… y mi viejo… mi viejo… será olvidado… olvidado por quienes ahora mueren con él.

Porque al morir un ser, no sólo muere un ser.

Muere una identidad. Un color. Una unidad.

Nada se siente de la misma forma con su ausencia.

Ver una silla vacía… ver el sillón sin su figura, no escuchar su voz, no poder sentir su calidez, no poderle hablar, ver el espacio donde solía dormir, ver su ropa en el closet sin que sea usada nunca más… y ver que pasan los días, pasan y pasan y todo sigue igual… ya no está.

Me hubiese gustado decirle un millón de veces más lo mucho que le amaba. Lo mucho que aún le necesitaba.

Con mi ser querido se me va un pedazo de mi vida. Mi viejo se lleva una parte de mí.

Y nadie me la devolverá.

Me siento impotente y sola.

Sólo me queda el consuelo de que donde está, dolor, ya no puede sentir.

¿Y qué hay de mí?

Que siento las ganas de morir. Siento las ganas de huir. Y que, luego de un rato, después de tanto sollozar, vuelvo a reír pues al menos me quedaron unos pocos más a quienes adorar.

La vida es triste. Díganle eso a los niños. Prepárenlos para la muerte. Díganles la verdad. Que ustedes van a sucumbir y que, aunque dancen en la oscuridad, aunque lloren bajo la lluvia… nunca van a volver.

Nadie me asegura que me vuelva a encontrar a quienes amé.

Tengo 17 años y llevo la fatiga de la pérdida encima, como una cargada y molesta mochila que jamás podré liberarme de mi joven pero ya torcida espalda. Son muchas las heridas y tengo poca vida. Sí. Tengo poca vida señoras y señores… pero he sentido muchas de las cosas que cualquier antiguo en esta Tierra ya ha sentido.

Mis días han comenzado a ser diferentes. Y mis dudas son más grandes.

¿Después de esta tormenta que parece eterna los relojes volverán a reiniciarse?, ¿habré roto al tiempo mismo sólo para recuperarte? Oh… cuánto desearía tener un superpoder y viajar a donde estás.

Confírmenme si queda algo para los buenos que se van.

Porque… Dios… vaya vida injusta nos has dejado… que se van los buenos y a los que buenos han de ser les dejas este eterno vacío que nada podrá curar.

Ni una taza de café por las mañanas. Ni todo el oro del mundo.

De qué te sirve tener tanto dinero si no lo tienes con quién disfrutar… mejor tomate una siesta, despierta un día más y tírale tus billetes al mundo. Démosle a alguien más una oportunidad.

Reflexiona sobre a quienes tienes al lado. Una vez que pierdes a alguien y no le puedes recuperar… te das cuenta de cuánto vale la pena estar al lado de esas personas… de compartir tiempo con ellas mientras aún están tibias…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS