O lágrima, o copo de sal…,

Mis ojos, nodrizas, del líquido aliento,

paciente reflejo,

que en húmedo intento de aliviar tristezas,

envía un gemido.

Va llevando el peso de todo este llanto.

Desciende por grutas de antiguos caminos.

Nutriendo lamentos y risas.

Mi pequeña gota, se riza,

es ola ancestral.

Torrente incipiente,

tormento divino,

que fluya, no olvides la pena,

mi eterna condena, ¡no mueras!


Que mane mi ola serena,

que llegue a mi boca,

que estalle en mil gotas nuevas.

Que formen cascadas de un mar dividido,

mis ojos, seguro también han podido.

Y así para siempre,

y así para siempre …,

mi lágrima viva,

y así simplemente,

no llegue tu olvido.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS