EN TODO Y EN NADA A LA VEZ

EN TODO Y EN NADA A LA VEZ

Azul 1975

17/12/2019

EN TODO Y EN NADA A LA VEZ

Me repetía estas palabras mientras me hacía preguntas recostaba en el sofá con los audífonos puestos(escuchaba Travis) mirando la naturaleza expresarse frente a mí. Mi mente pensaba en muchas cosas pero nada en especial…

Un par de personas a mí alrededor que me miraban de vez en cuando y un tipo a 5 metros fumando marihuana cual olor llegaba a mis narices, me preguntaba si uno de los que estaban mirándome me tomarían distraída y me preguntasen en qué pensaba, Ya tenía preparada mi respuesta, «en todo y en nada a la vez»…. «En todo y en nada a la vez»….»En todo……y nada a la vez», o tal vez, qué me preguntarían las personas del evento al que esperaba, ¿Olería a marihuana? Me preguntaba y me respondía mientras movía mis pies y mis brazos entre el calor y la sombra recostada sobre el sofá.

Un tipo alto de bigotes blancos y gafas oscuras, subía las escaleras en dirección a mí mesa, pero se regresó al darse cuenta que tenía cerca una mesa individual, aquella mesa donde un día lo ocupe tomando un té de coca mientras intentaba ordenar ideas y saber qué exactamente decir o tal vez no decir nada….bah, tonterías, me dije mentalmente y seguí moviendo mis pies que estaban descubiertos y el sol estaba dispuesto a ponerlos un parecido al color de mis medias, negras, sonreí mientras imaginaba eso. Supongo que los tipos de mi alrededor me observan pero estaba concentrada arrojando pensamientos en mi móvil y eso me importaba más que saber qué pensaban sobre mí.

El tipo se sentó en su mesa con….¿Una taza de café? Salía vapor de aquella taza, ha de estar hirviendo, pero, ¿Una bebida caliente este sol? Supongo que es un…¿Estilo americano? No tengo idea pero se ve que lo disfruta, sin embargo al parecer el sol le ha calentado lo suficiente como para retirarse a la sombra y se vé obligado a interactuar con los dueños de la nueva mesa, solo quedan dos mesas y en la mía solo era yo; honestamente sería un fastidio tenerlo en mi mesa, quería estar sola, vine a meditar, sentirme en paz, encontrarme conmigo mismo y su presencia interrumpirá mi momento. El sol sigue marcando la hora y ya tomando posesión de todo mi sillón, me apuro en moverme un poco más a la sombra mientras observo el móvil y el piso enladrillado, sigo recorriendo la mirada hacia el cielo bajando las azoteas viejas y desgastadas de las casas y aterrizó en una esquina del café a 4 metros de mí, aquella esquina donde se encuentra un tipo delgado con estilo dark, polo, pantalón y zapatos negros con los ojos delineados también de negro, me recordó a Floki de la serie «Vikingos». Pintaba en cartón blanco, al parecer era artista plástico, y si no lo era, era un aficionado con pasión por la pintura, delineaba de manera juiciosa escogiendo con delicadeza uno y otro color de plumones.

Había sido tentado por el tipo de la otra esquina quien cómodamente seguía fumando y botando el humo como si se tratase de un vaper y tosía de vez en cuando después de cada bocanada. Floki se acercó intercambiaron palabras, pude notar que le pedía un poco de su yerba, el tipo solo cargaba su propio consumo y sugirió conseguirle para las cinco de la tarde, Floki aceptó y casi de un salto se levantó y se dirigió a su chaqueta negra que colgaba de una vieja silla de madera junto a su mesa, sacó dinero se lo entregó al tipo duro en seguida regresó a seguir pintando.

Imagine que seria uno de los casos por lo que en su mayoría se les consideraban “fumones” a los artistas.

El sol empezaba a perderse entre las nubes grises y más personas empezaban a llegar a la terraza. Miré el reloj y había llegado la hora de retirarme. Me dí un profundo respiro y tome mis cosas.

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