Para amar y enamorarse

Para amar y enamorarse

Paco Cruz

11/12/2019

A la chica del columpio

Es la culminación
del romance destilado,
representa el escape infinito
del tiempo,
la eterna fuga de la realidad.

«Me hizo mi alto hacedor por justiciero:
el divino poder me dio semblanza,
la suma ciencia y el amor primero»;
eso se dice que él dice
cuando entre comunes se presenta.

Es causante de hacernos desear, cual princesas,
«subir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
perderse en el viento, sobre el trueno del mar».

Provoca peligrosas adicciones,
algunos gustos en suma extraños;
un día lo sientes
y al otro bebes cicuta como un licor suave
y levitas y eres más leve que una nube pequeña.

¿Qué de que hablo?
Del amor.

Causa de los enamorados,
protegido de los amorosos,
única religión de los locos.

Lo sientes en el abrazo suave de dos labios,
en la cálida caricia de una lengua,
en el gentil roce de unos dientes.

Lo sientes y la vida empieza,
cobra sentido, dejas la náusea
y te es revelado un obsequio precioso.

Una amable mirada,
unos labios deseables,
una risa cautivante,
un alma admirable;
en suma, un persona para amar y enamorarse.

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