Olías a mar, a nieve
A algo que nunca conocí
A algo que nunca he probado
A eso que me falta sentir.
Te veias como arte, como magia
Como eso que siempre busque
Como aquello a lo que tanto le temo
Como si el bosque habitara en tu ser.
Te sentías suave como algodón de azúcar
Como esa nube que nunca pude tocar
Como la palabra te amo susurrada al oído
Como ese suspiro al recordar a alguien que ya no está.
Tu risa sonaba como la 5ta sinfonía en Do menor de Beethoven
Como el pájaro que canta cada mañana en el jardín
Como ese adiós que nunca me dijiste
Como sentir la muerte mucho antes de vivir.
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