La casa se me queda pequeña, la recorro de extremo a extremo, toco la pared y doy la vuelta, no me paro, estoy nerviosa, por el viaje que hoy emprendo.

Hago la maleta, con lo justo para pasar una vida, enciendo un incienso, cierro los miedos, ahora medito, miro mi interior, necesito estar tranquila.

Tú llegas por mi espalda, recorres con tus manos mis hombros, giro media cara y me dibujas una sonrisa, me siento plenamente iluminada. Me das la mano y me alzas, bien arriba, rozando el cielo, coges la maleta, nuestros pies no tocan suelo.

Este viaje va a ser inolvidable, vamos sin rumbo, no nos arropa el tiempo, despojados de todo y de todos, luchando y remando a favor del viento.

Dejándonos llevar, aprendiendo a fluir sin prisa, anti gravedad de tiempo, que para las manecillas del reloj, y sostiene el momento, un instante eterno que nace en tu dulce voz.

Estamos en el camino, no necesito más que tu mano cogiendo la mía, el sendero será llano, siempre que la tengas cogida. Recordaremos este viaje cada día de nuestra eternidad, solo hace falta que tú mi amor , vengas a coger la maleta mía, para hacerme saber que emprenderás conmigo, el viaje de la vida.

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