La ciudad tiene forma de mujer.

La ciudad tiene forma de mujer.

Miguel R.

04/12/2019

Hoy me propuse abrir la ventana

para que la pena escapara,
y al hacerlo vi como dos jilgueros,
que podríamos ser,
en ramas cantaban.

Me he dado cuenta que el mundo
tiene forma de mujer,
que el viento sopla con tu aliento
y que el sol brilla por envidia
de tus ojos.

Me he dado cuenta de que la Luna
no sale si estás tú aquí,
como si fuerais lo mismo,
o firmarais
un pacto tácito.

Que solo hay aceras grises
allá donde tú no pisas,
y que las puertas de las casas
lloran pintura
al pasar.

Los faros de los autobuses
brillan más si los esperas,
como espejos que se reflejan,
das luz
a las cosas muertas.

Hay una sombra en un gimnasio
que observo desde la calle,
ella hace como que corre,
yo pienso
‘quizás seas tú’.

Hay una hoja del otoño
que piso inconscientemente,
le pido perdón
por si fuera
del árbol que tu sembraste.

En el tejado de una casa
un gato me mira cansado,
me detengo, nos miramos,
como si los dos supiéramos
que algo nos está faltando.

En las calles de tu rutina
las ventanas no tienen párpados,
porque se los arrancaron
para no perder
tú tránsito.

Cuando en la ciudad llueve
las nubes están alegres
porque no quieren perderse
el placer
de poder tocarte.

Yo aquí sigo en la cornisa,
observando dos jilgueros.

La pena se marchó por la ventana,
y se convirtió en ciudad.

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