Nací con la dicha de ser mujer porque cuando salgo a la calle en falda, tengo miles de miradas encima de mí.
Porque escucho comentarios sobre mis piernas, cabello y pechos, que suben mi autoestima y me alegran el día.
Porque recibo cientos de mensajes en el buzón, esperando una respuesta para una propuesta sexual, obvio.
Porque tengo la bendición de poder engendrar y nacer destinada a eso, ¿que más regalo se le puede pedir a la vida?.
Porque encontrar marido y formar una familia antes de los treinta será considerado el mayor logro en mi vida.
Porque cumplir con las tareas del hogar y el cuidado de los niños me catalogará como una buena mujer, madre y esposa.
Porque mi única obligación será complacer a mi marido por el resto de mi vida. Sencillo.
Porque nací libre; según la sociedad, pero sin voz.
Porque nací en una jaula, pero con la dicha de ser mujer.
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