Mudar la piel

Mudar la piel

Siempre me sorprendió el proceso de mudar la piel de algunos animales.

Siguiendo la sabiduría del instinto, que indica que eso que cubría, servía y protegía, que mediaba el contacto con el exterior, y posibilitaba el movimiento, ya estaba quedando chico, y lejos de posibilitar, empezaba a limitar.

El proceso se da distinto, a veces es suave e imperceptible, puede ser cuestión de desplazarse e ir dejando atrás o quizás se necesite darse algunos golpes fuertes para romper esos cascarones.

A Veces esa piel sale entera, y otras va cayendo a girones.

Pero lo que tiene que pasar, para que sea sano, es que el proceso tiene que darse desde adentro. Una fuerza externa que intente ayudar a acelerar en romper esa caparazón que incómoda, puede dejar a quien se quiere ayudar, en un estado de fragilidad y vulnerabilidad del que quizás no se pueda recuperar.

Todos queremos ver a la mariposa que será esa oruga, pero nada puede acelerar el proceso natural necesario para ese cambio.

Y en el momento oportuno, ni antes, ni después, se verán asomar esas alas de colores… justo a tiempo.

El reino animal es muestra y enseñanza de mucho para nosotros, los humanos, siempre. Y ellos nos enseñan sobre procesos, y tiempos.

Mudar, aprender que llevar y qué dejar, que fortalecer y qué olvidar, permitirse experimentar lo nuevo, sin ataduras, animarse a descubrir confiando en lo que tenemos, sin pensar en lo que nos falta.

No imagino a un perro frustrado por no poder volar, y no vi a un ave tomar clases de buceo. Pero si vi perros jugar con los niños regalando sonrisas, escuché el canto de las aves adornando las mañanas y haciendo que un paisaje bello, otorgue más sentido a los sentidos.

En ocasiones se trata de aprender a dejar atrás, otras el desafío es más difícil, saber qué llevar con uno, y en general, lo más difícil aún es animarse a vivir lo nuevo.

Por mudanzas felices, a pieles nuevas y cómodas, que hagan que podamos tomar del mundo lo mejor, y más aún, qué nos permitan dar al mundo todo lo que traemos dentro.