El dolor de mi alma
a gritos me reclama
¿por qué te has alejado?
es que acaso, ¿ya no lo amas?

En sollozos le contesto
todo lo que mi corazón
en silencio guarda
perdóname alma mía
no puedo seguir está batalla.

El perdón está en mis brazos
y se mece con cuidado
esperando el momento
en qué pueda yo entregarlo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS