No es que esté triste.
No es que te eche de menos.
No es que te necesite.
Es que recuerdo.
No requiero de tu mano.
No necesito que tu pelo
haga de velo frente al sol.
Pero eso sí, amor,
no puedo negarlo.
Pienso en él aquella noche.
Mi gran pecado,
mi mejor error.
No necesito tus pasos.
Siempre anduve el camino solo.
Pero pienso en tus andares,
y la ciudad se me cae.
Repito,
no quiero tu arte.
Pero anoche vi mil rostros.
Fijé en varios.
Podrían ser tuyos.
Pero ninguno de sus mármoles,
ni de sus vidrios,
tenían color.
No quiero cruzar tu puerta.
Ya no creo en nuestra casa.
Pero al ver mi pared blanca
recuerdo nuestro no-hogar.
No quiero que pienses
que por ti lloro,
si lees esto.
No te necesito.
No es que esté triste,
carajo.
Es que me acuerdo.
OPINIONES Y COMENTARIOS