Contigo he reído, llorado, enojado, sorprendido, emocionado, aprendido y recordado.
Recordado mi vida, mis lágrimas, mi piel.
Piel marcada con otra piel: sucia, ensangrentada, limpiada.
Limpiada está… ¿Qué está limpiada?
Tú, ustedes, limpiaron el piso con mi cuerpo, arreglaron las cosas rotas con mi alma. Sepultaron mi valía hasta el núcleo.
Me obligaron a buscar el equilibrio fuera del piso para poder alcanzar el cielo… Caí, una y otra vez. Lecturas repetidas, palabras atoradas.
Palabras atoradas en mi corazón, mi garganta, mi voz, mí yo.
Te veo de frente, de lado, por atrás y me enojo. Me enoja no saber tu contenido, quiero abrirte pero aquella capa fina y transparente no me lo permite, incluso hay veces en las que no me importas. Tengo que pagar un alto precio para poder ver lo que contienes, sin saber si me gustará o no.
Te he escrito muchas veces y en realidad pocas.
Siempre estás sobre mí, te mantengo a mi lado. Sin importar lo que pase me mantengo a tu lado.
Desde que tengo memoria tú has estado a mi lado, en las buenas y en las peores.
Te detesto por arruinarme.
A ti te quiero por ilustrarme.
OPINIONES Y COMENTARIOS