En la vera del camino
de una tarde de verano,
a la entrada de mi aldea
se instalaron los gitanos.
Y vecinas enojadas
de delantales bordados,
les dicen a sus maridos :
“Mirad quienes han llegado…!
Ten cuidado niña mía.
si te raptan los gitanos,
harán de ti una mujer
de seda y vestidos largos.
Por el pueblo va Míguela
con sus pañuelos atados
llevando a dos de sus hijas
a todos leerlas manos.
Mientras Demetrio te compra
colchones de lana usados
también te vende cuchillos
de acero muy bien forjados
Y ya el alcaide enojado
de tanto escuchar reclamos
apelara a la justicia
para echar a los gitanos.
Ten cuidado niño mío
si te agarran los extraños,
harán de ti un romaní
de cuchillos afilados
Y con la luna en su carpa
de campamento gitano
Demetrio forja cuchillos,
Míguela hierve estofado.
Mañana cuando amanezca
por orden del juez letrado
acatarán la injusticia
y dejarán el poblado.
Claudio Eduardo Muñoz
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