momentos delicados
en los que la sal no sabe a nada
riesgo, que se hace derrota
formas temblorosas
que juraste en falso
la lengua se te llena de arena
hay un luz que no ves,
en la noche
el cielo negro que fue luminoso,
sabes que ya no sueñas con playas
ni sueñas en subir a los montes,
pisar hojas crujientes de pino
tu ya no sueñas
y sueñas con volver a soñar,
que el soñar es eterno.
—
primavera
solo yo estoy en primavera
y tú, penas balanceándote
conocedora de los infiernos
y del as nubes impredecibles
de un cielo huidizo
demasiado dolor injusto
traiciones e ingratitudes
compromisos rotos
pero es que el amor no se encierra en cristales
tiene mil caras, es rebelde, es ductil, multiforme
yo sabía que te harías daño,
pero era “susto o muerte”
me duele tu dolor pero sigo adelante
persiguiendo mi sueño.
—
¡buenos días!
¡es El Día Mundial de la Pajarita!
ya y ¡hasta otro día!
hay días que no acaban días que no empiezan
… por no salir de la cama.
solo, un día cumples años
el resto del año no, te jodes.
y a todo esto…
¿porqué decimos que es de día cuando no es de noche?
pensando en los días
me paso los días dando vueltas y vueltas
¿cuántos días cabrán en mi cabeza?
pues solo faltan “tántos” días para que esté muerto.
—
hago lo que quiero pero no como quiero
monto puntitos de luz sin mirar el fusible
ingeniero de la lluvia, escultor de la nieve
bebedor de vientos, me vienen palabras
y no construyo frases, escribo temblores
tánta historia guardada, escondida entre recuerdos
tánto tiempo molido, tánta savia perdida
y siempre, los antiguos delitos huidos
los de los pulmones los de los horarios.
los de los momentos nocivos.
—
el aparato viscoso
los nublados disolutos
las piedras semovientes
las voces de ultratumba
las pichas arrugadas
el gato gimiendo caricias
los absurdos mensajes incomprensibles
las prisas sin prisas
los hoyos en el lenguaje
las velocidades entorpecidas
el no llegar a parte alguna
las manchas de humedad en el suelo
figuras de animales y forma humana
el perdón de mis pecados
la pluma en el cuerpo de un ave
la vela encendida que nadie ha encendido
el poso en un vaso de vermut
llegar a casa y las luces encendidas
el acabar una cosa.
—
refranes milenarios:
“al abejaruco, anida en el sobaco del eunuco”.
“lindo pelo que se mustia bajo el velo”.
“tonto es, el que tonto se hace”.
“tus manos son como el aire, que todo lo tocan sin poder ser atrapadas”.
—
si yo no sería yo, sería marino
así, ya no me asustaría el mar.
porque si sería bombero sería tan idiota
que seguro llevaría cerillas en el bolsillo.
si fuera aviador, no volvería
si fuera médico, sería cirujano de tus humores.
si fuera pintor
pintaría un solo cuadro
tan grande como una catedral catalana.
si fuera escultor
sacaría de la piedra mujeres con alas.
y si fuera juguetero
… no podría ser juguetero,
estaría todo el día jugando!
—
de momento se asustó
por los brotes vegetales que surgían de su piel
eran flores que recogió de niño
cuyas semillas no habían muerto
crecían lentas, unas más grandes que otras
y eran de un verde vivo
cada vez que se mojaba, ellas reverdecían
se preguntó “a que llevará todo esto”
su pelo, se convertía ya en enredadera
pero todo acabó, porque llegó el invierno.
más tarde, en el mes de agosto
solo quedó un olor a humedad
una agradable fragancia, terrones de la mudanza,
había pasado abril y no había pasado nada
pero el amor vegetal le impulsó a comprar macetas
y entonces, en sus balcones y ventanas creció la vida
hablaba con las plantas de interior aunque se sintiera idiota
y las preguntaba, y sin respuesta, era extraño su caso
porque a día de hoy, hasta las hojas de un libro le parecen con vida
Juan, que así se llamaba juan,
dejó de ser vegetariano.
—
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