La fragilidad del niño.

Cuentan por ahí que al tocar las alas de una mariposa esta pierde un polvo mágico que la hace volar… Es tal la fragilidad de sus hermosas alas que incluso las gotas de agua de lluvia pueden resultar hasta peligrosas.

Esto me hace pensar en los niños. Cuando hieres a un niño entras en contacto directo con esas alas tiernas y delicadas de la infancia… Tan perturbables y tan fáciles de romper…

J.J.Rousseau dijo una vez:»La naturaleza quiere que los niños sean niños antes de ser hombres. Si nosotros queremos pervertir este orden produciremos frutos precoces que no tendrán madurez ni sabor y pronto se marchitarán».

Me encanta pensar en la idea de una infancia compartida con juegos, risas y sobretodo amor. Me parece que es la semilla de toda persona sana y capaz de vivir plenamente. Pero, es tal la dificultad de educar que aunque lo intentemos todo por hacerlo perfecto siempre habrá acontecimientos que se escapen de nuestro control pero la sobreprotección y el excesivo miedo a herirles tampoco ha resultado ser la mejor solución…

En la antiguedad, al menos en Occidente, los niños no tenían más valor que el del trabajo que sus pequeñas manos pudiesen ofrecerles, como hoy en día en países de todo el mundo donde la pobreza impera. ¿No es increíble cómo la concepción de la infancia ha cambiado tan drásticamente? Ahora nos vemos ante problemas tales como el abuso por parte de menores a sus progenitores. Esto era impensable. Y ahora es un problema más que real. ¿Es pues fruto de la naturaleza humana el proclamarnos reyes si se nos trata con indulgencia? ¿Se tendría que volver al respeto hacia el educador? ¿Nos hemos pasado con el amiguismo al hijo y al estudiante? Son cuestiones que lejos de tener una fácil respuesta tienen en su interior un extenso debate.

Pero, sería la mariposa en su delicadeza capaz de someter a quien la tocase? El equilibrio es el mayor aliado de quien desee mantenerse cuerdo. Y creo que falta equilibrio en el proceder de la educación, tanto es necesario el amor, como unos valores y unas normas. Creo que hasta aquí podemos estar de acuerdo.