¡Maldita sea!

¡Maldita sea!

Susan

20/10/2019

Mi mete podía estar todo el día ocupada, pensando en miles de cosas, pero cada maldita noche se repetía en ella lo mismo.

Tu cara tan dulce y deliciosa, tu perfecta sonrisa, tu mirada perversa, tus perfectas imperfecciones.

¡Maldita sea!, fue en ese momento que me enteré de que había caído en ti, y lo peor era que me rehusaba a la idea de que alguien me rescatara.

Porque estando ahí, mi corazón se sentía en casa, estaba tan bien que me dolía pensar en no tenerte.

Y cuando me tocaba con sus suaves manos, mis piernas flaqueaban, mi corazón palpitaba tan rápido, como nunca antes.

¡Dios!, si causaba todo eso solo con sus manos, realmente yo estaba perdida, perdida en todo él.

Soñaba con que sus días fueran parte de los míos, que cada mañana mis ojos encontraran su rostro al despertar, que su dulce aliento besara mis labios rotos, y endulzara mi alma.

Te quiero bien, bien cerquita de mí, bien abrazado a mí, bien dentro de mí.

¡Maldita sea!, no salgas, no huyas, porque aunque tu no lo sepas, hace mucho que estás clavado aquí, en lo más dentro de mi.


URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS