Decidí inscribirme en el taller de escritura, tomé mi morral y eche un vistazo; había: un lápiz, papel, recuerdos, historias, sentimientos, noches de luna, otras tenebrosas, atardeceres mágicos, amaneceres milagrosos, amores tormentosos, penas insufribles, risa, llanto, enojo… Imaginación.
–Creo que va un poco de todo, mi sueño: aprender a plasmarlos y compartirlos.
Pensaba escribir, sin tapujos, sin maestro y, aceptar la crítica, y la indiferencia.
Espero aún sea tiempo de llegar al taller.
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