NI LA MUERTE PAGANA, NI LA SOLEDAD ABSOLUTA.
La lluvia que cae sobre cruces de mármol
parecen agigantar el llanto que hemos
llorado por tu ausencia. O por nuestra
estadía de dolores pobres miserables,
La lluvia que cae sin tregua amenaza con
dejarnos solos en esta soledad que ya
da tormento, el cielo negro, plomo, gris
asusta su arremolinada paleta de colores
de un pintor vil, enfermo del alma
que pareciera gozar con tal oquedad.
A medida que cae la noche matiza los
colores con un rojizo pálido desordenado.
una hecatombe de dolor, de muerte,
la muerte que te arrastro de mi lado
que te alejó de mí, de mis sentidos
alborotados. ¿Pero debiera tener
sentido la vida si no hubiera muerte?
Sabíamos que esta llegaría en algún
momento, tal vez este ritual de
tanta gente llorando, personas que
antes no había visto, lamentando
tu muerte o lamentando tu vida no
sé, pero parece de mal gusto que
estén conmigo bajo la lluvia que
debiera mojarme solo a mí, pues
soy el que te beso y cerró los ojos,
soy el que cerró definitivamente
la puerta que ya no te verá entrar,
el que no tendrá con quien hablar
de la banalidad de la vida
y mira sin darnos cuenta te estoy
dejando bajo una cruz de mármol,
blanca y más blanca por la lluvia,
sin epitafio, porque ese es nuestro,
ahora mío.
Me he quedado solo al fin, todos
como llegaron se fueron y me he
quedado observando como perdido
el único poema que no hubiera
querido escribirte, el que me dolió
pensar, el que no escuchaste ni
leíste, el que no pude evitar de
declamar: “cuando la vida, toda tuya,
me la diste y fue toda mía, el amor
floreció en la primavera toda nuestra,
para que nada nos separará, ni la muerte
pagana, ni la soledad absoluta”.
AUSENTE
los árboles deshojados de este otoño
extraño, que alfombran de hojas las
calles antes plomas, por donde camina
el silencio de la mano con la soledad,
puede ser tu y yo, pudo ser tu y yo.
arrastro con mis pies desnudos las
antes verdes hojas, me abro camino
hacia la luz tenue de un farol, el letargo
de la tarde me encamina hacia un
anochecer triste y la melodía de un
violín que desafina, escapa por entre
los cristales rotos de una vieja casa
en donde se vende el amor.
que pudo pasar que las mañanas no
vinieron más, que pudo suceder que
los besos no fueron más, ¿acaso el
abrir mi alma para dejar volar poemas
a tu alma te asustó tanto que decidiste
huir con las auroras que nunca nadie
sabe a dónde van?
yo sigo aquí, por si te interesa, el sonido
hiriente del olvido, la coloquial conversación
con mis sueños y el pensar frío tras frío
en tus dolosas palabras, poco tiempo
gozó mi amor de tu amor, pocas horas
se volvieron claridad.
mi yo sin ti, es nada. mi farol, mis hojas
mis violines, son nada.
estas noches no existen, solo existen
los árboles deshojados y esta ausencia
de ti que me mata.
EL DERECHO DE SABER
En las ventanas cíclicas del tiempo,
las veladas noches de tormentas
y lluvias no tienen piedad.
el árbol místico, el empedrado
ensangrentado, las voces que
gimen dolores de creación.
estoy golpeando la puerta que
da a tu casa, la envejecida puerta
sin tirador. hemos hecho algo mal
todo lo hicimos mal.
desde el amor que generan los
besos, hasta el hedor que queda
del sexo.
el impenetrable silencio donde se
guarecen los cobardes, el olvido
premeditado, el páramo interminable,
la sedienta caminata, el morir
tantas veces, como veces invocas
a la vida.
el destino perdido cuando los caminos
se separan, no hay luz en la estación
del olvido, no hay que beber.
esperamos otro concierto de aves
que no están, tenemos el derecho de
saber en que terminará todo esto.
de que moriremos al final.
A QUIEN CORRESPONDA
Nadie vio lagrimas más tristes,
el tiempo no las secó, ni el viento
o la soledad. Nadie sabe cuanto
pude amar y cuanto he tenido
que callar.
desapareciste, la sombra canela
de tus ojos, me borro para siempre.
nadie supo jamás mis dolores,
ni el color del agua, ni el sexo que
no fue, ni la casa con pequeños
sueños, ni el silencio que guardaste
cuando me viste marchar.
ahora que el mar se aquieto, cuando
los pastos reverdecidos de mis
praderas están en paz, un golpe de
sangre golpea mi corazón,
se esmera en abrir los candados
vetustos de mis recuerdos, los
que guardé de ti, los que te escribí,
el silencio queriendo escapar y
dar gritos de orate, de volver a
llorar, porque la tristeza fue
tan inmensa, que aún me pesa,
como condenado que arrastra
cadenas, como muerto dos veces,
y, sin embargo, todo el sol que me
faltó, toda la sed que sufrí no puede
con tus morenas formas de hacerme
volver: cuando vienes de visita a
mi corazón.
ORA PRO NOBIS
El escabroso día, el amanecer tardío,
escondiendo almas para salvar vidas,
mutilando verdades para justificar
cobardías.
que los lamentos de los hechores
se multipliquen, se vuelvan ecos
satánicos y se pierdan en la pestilencia
de sus propias deyecciones.
el escabroso día, el miedo a despertar,
! el temor de morir, el terror de vivir ¡
las águilas heridas, ya se viene
la noche, la escabrosa noche, el morro
de lobo que acecha, la tiniebla
que espanta, el púlpito del demonio
con sus liturgias que dejaron de ser
servicio, sino para servirse.
las lenguas del cancerbero lamiendo
pieles dóciles, infectando inocencia,
matando ilusiones.
el escabroso día, la escabrosa noche,
mutilando sueños, para saciar sodomías.
el fuego que debiera arder, la perdición,
el relámpago ajusticiador, que no truena,
la cruz intacta, el cáliz infesto que
consagra miserables.
El escabroso día, la escabrosa noche,
! Regina Pacis, ora pro nobis ¡
¿DIOS?
perfecto hubiera sido todo, si hubieras
reconocido que te equivocaste.
no hay tiempo suficiente para enmendar
el daño que hiciste y por mejorarlo,
las cagaste más, mira que mandar a
tu hijo: eso no se hace.
hubieras venido tú, es tu creación,
se supone
LA CAMINATA
Los cielos azules y rojos por momento
y el viento que no refresca sacude los
árboles plomos de tanto polvo, de viejos.
Un sueño interminable de una mujer
parada en el camino, con los ojos celestes
de mar, de cielo de infinito.
¿Qué haces en este lugar tan sombrío?
Eres mucha belleza para un entorno
tan triste, y quiero acercarme
beber la frescura de tus labios y solo
debo proseguir mi caminata, mi larga
y amarga caminata.
Nunca te das vuelta para mirarme y
repentinamente la noche se deja caer, el
cielo se inunda de estrellas y vuelvo a
encontrarte en medio del camino, siempre
sonriendo, y en silencio, un profundo silencio
tienes raíces de otras vidas y mi vida no va
contigo. Ni siquiera parpadeas porque
no soy el caminante que esperas.
¿Entonces dime qué haces en mi camino?
¿Porque me duele tanto verte ahí?
¿Que Dios me quiere atormentar más?
O que palabra debo pronunciar ahora,
¿Es de piedra tu corazón?
¿Es gélida tu alma?, te gusta verme sufrir’
En mi caminata ni siquiera intentas detenerme
me miras de frente solamente, si no te da
el sol en los ojos.
Que viene a ser todo esto, mi muerte al acecho
tu amor sin ventura, tus besos prohibidos
tu cuerpo de sal y el fin de nada’
No lo puedo ver, no leo entre líneas, no veo futuro
solo sé que debo llegar a un lugar desconocido
encontrar alguna puerta abierta en tu corazón
y meterme como un ladrón, hacer que te enamores
de mi amor y vuelvas tus ojos hacia mí, con
lágrimas de color azul, con lágrimas de color azul
y un sabor a miel en tus labios, para que nunca
después de esto me dejes de amar.
EL AMOR QUE DEAMBULA EN SILENCIO
El día trastocó más la melancolía,
y los besos escasearon,
como las caricias.
Solo me llueve el recuerdo mojando
de nostalgias el entorno de mis
pecados.
Acaso el mago de lo hermoso se
perdió en tu indiferente camino
de piedras y espinos.
Estoy gritando como un desesperado
en un valle solo,
estoy llorando como un condenado
en su final esperado,
estoy dolido como un solitario con
su alma vencida.
El eco se enmudece de mí y la
respuesta me ahoga de su silencio.
No es pasión mía herirme
de tu mirar,
se me vino como un fantasma
colérico, para sacudirme en
todo el cuerpo, que tú ausencia
no es casualidad.
El atardecer de cada atardecer
me apaga, me aturde,
y en alguna oscuridad que ahoga
mi sombra, se escucha el gemido
de mi corazón solo,
y en el cuarto en donde duermes,
indiferente toda, el amor, mi amor,
deambula en silencio
TEN CUIDADO
Tarde me di cuenta de que te perdía,
nada que hacer, pero mi pasión
por las letras no pudiste compartir,
la extraña adicción de pertenencia,
el ponerme entre tú y mis letras,
no hagas esto, no te lo hagas,
dejarías de alhajarte si te lo pidiera,
seguro me dirías que soy un egoísta,
un machista, y te marcharías.
Ahora te marchaste igual, porque
mi tiempo lo dedico a jugar con
las palabras, a escribir versos de
amor, versos de odio.
Tarde me di cuenta de que te perdía,
y para serte sincero, ni te sentí
cuando me maldecías:
con mis versos no te metas.
DESPEDIDA
La vida y la muerte tomadas de la mano,
El amor y el desprecio otra pareja fatal.
¿Cuál es el límite que se debe imponer
para no trasgredir las diferencias que
terminan haciendo daño?
No se sabe hasta cuando el daño está hecho.
La sombra y la luz, la paz y el tormento,
quien es el culpable:
¿Tú, porque tus razones, invalidan mi
amor de piel fría y sangre caliente?
¿Yo, porque mis libertades no las veo
atadas a las tuyas?
¿Los dos, porque no le damos tregua a
nuestras mezquindades?
¿Nadie, tan solo porque tú me amas como
sabes y yo te amo como lo aprendí?
Porque no he leído, que el amor, es propiedad
privada, tampoco mi alma consigné a la
confinación, a morir de indiferencia, entre
las paredes de la cárcel de tus egoísmos.
Pero tú, no ofrendaste tu vida al sacrificio de
morir por mí.
Esto no es la guerra, no tiene que haber vencidos,
no tiene que haber heridos, es mejor replegarse
y que cada uno con sus amarguras, convierta
tormentas en cielos estrellados, dolores en
esperanzas de felicidad.
Pero el amor, es como la vida y la muerte tomados
de la mano;
siempre uno termina dejando, con dolor al otro.
ALE
Ale, no te marches,
coloca tú las verónicas,
riega las lavandas,
Ale, te necesitan.
el día te necesita,
la noche te requiere,
mi silencio te reclama,
Ale, las rosas te
necesitan.
No te marches, por favor,
quédate, hasta la primavera,
aunque sea, cuando
los cerezos estén en flor,
cuando la briza de la tarde
traiga tu aroma de la
más bella, en el paraíso
más bello que construiste,
somos tu creación,
somos tus manos fértiles,
somos tu mirar triste,
el que guarda en silencio
dolores del corazón,
Ale, quédate,
no te marches, puede
que no exista jardín
si te marchas,
puede que me muera
de amor si no estas,
Ale, no te marches.
ESTABA ESCRITO Y NO LEÍDO
Que me engañabas, siempre
lo supe.
no te creas que me hiciste daño,
no te equivoques, no dos veces.
que te burlaste de mí, la verdad,
no lo creas, he permitido que
fueras la que eres,
te arrastraste en otro lecho,
otro cuerpo te tocó, otros besos
humedecieron tus labios,
pero no te pierdas en tus miserias,
no logras hacerme daño,
te burlas y te arrepientes,
eres feliz y camino a casa te
sientes desgraciada,
te sientes culpable, eso es
tener el alma estercolada,
pero no me engañas, pues lo
he sabido siempre,
no me haces daño, si es lo
que quieres,
no me lastimas, si es lo que
crees,
¿pregúntate mejor, meretriz
de quién eres?
quien te paga mejor.
a quien cobras más,
como te equivocaste,
como no supiste ver en mis ojos,
estaba escrito, pero no leído,
Que me engañabas, siempre
lo supe, si te hubiera amado
hubiera dolido,
pero no seré el primero en
abandonarte,
me das pena y me das lo que
quiero.
LA CALLE QUEDÓ SOLA
la calle quedó sola,
se marcharon todos.
La calle de los amantes,
todos se marcharon.
No había tanta felicidad.
pensaron que había más.
La calle quedo sola, esa,
la de los amantes perdidos,
se fueron por distintos
sentidos.
Los amantes se fueron
calle arriba uno,
calle abajo el otro.
La calle quedó sola,
los amantes se fueron
solos.
Pensando solos, que hacer
solos.
Los amantes, sí, esos de
la calle vacía, los que se
marcharon por cuenta
propia, por diferentes
rumbos.
En silencio,
como la calle.
La calle quedo sola
se marcharon todos,
la calle de los amantes.
No los volvieron a ver,
eso se dice, a los amantes
de la calle sola.
TESTIMONIO DE UN DOLOR
Siempre, en realidad no siempre,
pero cuando el lucero de verano
está bajo de la luna, tendremos un
año lluvioso, (eso me lo enseño mi
abuelo), él miraba al cielo, nosotros
no llegamos a los ojos levantando
la cabeza.
No tenemos valor suficiente,
no tenemos paz verdadera,
nos falta conciencias limpias,
por eso dejamos los amores para el final,
para cuando ya no queda tiempo,
para cuando el horizonte del
poniente ya no da colores purpúreos,
ni las auroras aparecen complacientes.
En las grietas que simula el cuerpo
se refleja la tierra marcada como
testimonio del derrotero, que no
llegaran a ningún punto fijo, ni los
áureos cabellos de tu virginal fondo
astral.
Estando donde estamos es
razón de nuestras acciones y parece
que nuestro proceder, más odio y
guerra, no cambiaran por más que
los besos de labios ensangrentados
quisieran firmar un pacto secreto
de tus sumisiones y las mías,
que se declara en estos casos,
pues si bien tengo un destino que
he de cumplir no soy el testaferro
de quien esperas que te levante.
las cortinas de un escenario con arlequines
y bufones, pues nada me puede hacer
reír, nada me puede hacer feliz, creo
que si vinieras con la desnudez tan
clásica de quien quiere el viento en
el cuerpo y la libertad en su mente.
No te equivoques que mi desnudez
bastarda no es para hacerte feliz
nunca lo he pensado de esta forma,
pues yo voy errabundo buscando
quien me pueda guarecer de mis
miedos, que superan tu amor y tu
entrega.
No soy hijo del rigor, no puedo
sobrevivir en esta adversidad,
no tengo la osadía para meter mis
manos al fuego y verlas quemarse
sin siquiera manifestar dolor alguno,
este no es mi tiempo, es el tuyo,
tienes el dalle de tu lado, y te da
ventajas sobre mí, solo me queda
dar testimonio de un dolor, después
déjala caer sobre mi cuello y que
ruede mi cabeza a tus pies, entre
sábanas blancas y ensangrentadas,
entre pesares y desamores que
fueron el inicio y el fin de una mal
historia contada
CELESTE
Si lograras entender cuál es el
camino, volverían los pájaros
para anidar en tu vientre.
como lo hicieron en un comienzo
las aves invisibles que el viento
logra dibujar en su remolinar,
una por una, puestas con delicada
pausa, como escritor sabio, sobre
cada luz que escapan de tus ojos.
es bello verte venir, es más bello
abrazarte al llegar, como una
noche de primavera , cuando el
olor a violetas, llena el espacio de
aromas silvestre, y una por una se
van apagando las estrellas, es ese
instante mágico, en el cual los
silencios hablan entre ellos, que
nosotros somos un ,par de amante
envueltos en mareas blancas,
escapando cada uno de su razón
para ser libres y sinceros sin tener
que pronunciar palabra alguna,
sin tener que esconder versos en
cajones con llave.
Si lograras entender, después,
cuando la cascada llegue a un
remanso, cual es el camino, tu
primera versión de mujer libre
tendría mi nombre, tendría mi
amor encarcelado en tus ojos,
que de puros, son pájaros invisibles
anidando en tu vientre, míos
como tú, como el Celeste de tu
mirar, como el profundo universo
de tus placeres entregados a mi
para que seamos felices, esta
pequeña eternidad y la otra, esa
en la que no habrá ni llegada,
ni despedida, no habrá ausencia
no habrá otro camino, más que
el que decidamos seguir, endulzando
la breve vida y la eterna inmensidad,
coloreada de tu mirar, celeste como
espejos de agua, que reflejen de
nuestro amor, lo mejor de nuestro
amor.
LA BELLA MUERTA.
En cualquier lugar de los cielos
azules que señorean sobre tu ser,
podrías caminar desnuda, sin pudor,
sin malicia. ¡Libertad! le llamarían,
yo diría liberación, tu solo procura
caminar cuanto más puedas, cuanto
más sol quiebre tu frente.
eres bella, más bellas en tu muerte,
porque esta tierra te pario con dolor,
y te trató con maldad, la felicidad se
burló de ti, y mírate ahora, jamás
tan bella, jamás tan feliz, no necesitas
las manos de nadie, ni el amor esquivo,
ni el aliento hipócrita.
en cualquier lugar de los cielos que
se apagan de sol, puedes deslumbrar,
acariciada de estrellas, brillas más que
cualquiera, te deleitas de inmensidad,
te definen tus ojos como constelaciones
nuevas, ponle el nombre que quieras,
jamás tan bella, jamás tan feliz, no
necesitas amores torpes de nadie, ni
esperanzas fallidas.
eres bella, más bella en tu muerte,
más que ninguna.
LA TRISTE HISTORIA FINAL DE UNA VIDA DE TORMENTOS
(Dedicado a todas las mujeres violentadas, en cualquier ámbito de la vida, para que digan de una sola voz: BASTA)
He caído, me he perdido entre los puños
castigadores de quien me dijo amar.
He perdido la razón, me he vuelto una
sombra que se arrastra, que recoge los
cristales rotos que dejó el violento amado
que yo soñé y tanto esperé, él vino a mi
con flores y palabras dulces, ahora salen
de su boca solo palabras negras de odio,
palabras que quiebran la quietud del
silencio, que me atormentan y asustan.
Quise tanto que fuera mi dueño y ahora
cuando la aurora dejó de aparecer y
cuando la esperanza se me derrama
como la sangre de mis labios, me
doy cuenta que soy su esclava,
el estorbo que no se queja, la
mariposa en jaula oxidada, la que creyó
en el amor de cielos azules y palomas
anidando en su pelo, y ahora no soy más
que una mujer abusada, cansada y triste,
que solo desea morir y terminar con este
tormento.
Yo no lo merezco, pero prefiero la muerte
pálida, que el desatado odio de quien creí
amar y ahora solo muero por su odio.
SI ALGO EL SILENCIO LLORARA
Amor… amada existiendo.
Amada reflejo.
Amor…por simple mirada
a veces te entiendo.
Las dolientes pisadas no
son del crepúsculo:
son las heridas de los
mártires minúsculos.
Amor…amada de arrebol,
amada canción.
Amor…por pura cuestión de infinito,
son tus pechos dos secretos
cautivos,
tu pureza la tentación
que me separa de toda razón.
Amor…amada fulgor
amada estupor,
amor por simple poesía,
tu silencio me acaba,
pero si algo el silencio llorara,
amor, entendería,
bajaría por tu pelo
para dormirme en tus rodillas
Amor… amada extraña
amada escondida.
Amor, por pura cuestión
de sueños,
esta noche llevare a tú lecho
un hijo en forma de flor
NOS VEMOS EN UN LUGAR CUALQUIERA
Nos vemos en una tarde cualquiera –
¿Importa el lugar? ¿Importa el cómo?
¿Si llueve como ayer, o la luz del sol,
ya en su crepúsculo se apronta
a desaparecer?
Es mucho tiempo en una tarde cualquiera.
Suena triste y a despedida.
Como si el alma se aprontara a escapar,
o el corazón se niega a abrir otras ventanas,
o tus ojos almendrados, se cerrarán, para
no ver si por aquella puerta entrará el
amor, como un torbellino, tal vez,
o un tremendo ventarrón, para desordenar
tu pelo, para enmarañar tus sentidos,
o para desorientar tu vocación de mujer
hermosa.
Nos vemos en una tarde cualquiera,
cuando mi soledad me haga mala
compañía, cuando mis pensamientos
me traicionen, cuando mi silencio me
condene.
Cuando me duela la ausencia
de ti.
Nos vemos en una tarde cualquiera,
nos vemos cuando el hado de las
premeditaciones nos ponga en el mismo
camino, en la misma tarde, con tu sonrisa
de retrato perfecto y tu mirada límpida
y pronta para un soñador de años cansados.
Solo te pido que cuando me veas, no digas
nada, no me condenes nada.
Solo guárdeme una cesta de frutos secos
que huelan a ti.
A CONTRALUZ
A contraluz se ven imágenes distorsionadas,
en vidrieras de cristal de una casa abandonada.
A contraluz, vuela la imaginación y los acordes
de melodías melancólicas, resuenas sin ecos,
que recuerden días festivos de ron y sexo.
A contraluz se ven las hordas de mutilados
que dejaron guerras de los hombres, hechas
por los hombres, para gloria de algunos
hombres, que ni barro y fatiga conocieron.
A contraluz lloran mujeres violentadas sin
hijos que amamantar, desgarradas como
si la piel se la arrancaran sin piedad, animales
que animales vuelve la guerra.
A contraluz en vidrieras de cristal se pueden
oír coros con partituras dispares cantando
diferentes melodías que no se entienden,
una habla de amor, otras de paz, de la
gloria del vencedor, de la humillación del
derrotado.
Niños que no saben que cuando
se muere se hace para siempre.
A contraluz, se puede ver el amor a pesar
de todo, un pan compartido, un vaso de vino,
un plato con algo que comer, una mano que
acaricia, los lamentos se escuchan igual que
gemidos de parturientas, trayendo al mundo
hijos, que con el tiempo otros hijos enviaran
a estos hijos de madres con dolor, a luchar
por el honor de una patria que solo le dará
muerte, y un trozo de pan duro, con agua
sucias e infecta,
A contraluz se ve la muerte en toda su
grandeza, nadie puede con ella, traga y traga,
hombres con fe, hombres sin fe, mujeres
alegres, mujeres tristes, sin miramiento y sin
justificación, por el hecho de poderlo hacer.
A contraluz no se ve Dios, no se ve el ejercito
de ángeles, ni al cristo reinando como nos
prometieron.
A contraluz, solo queda una esperanza, un
niño llorando sobre el hombro de un hombre
que es el mismo niño crecido, que sabe de
paz, que habla de amor, no lo mataran pues
tiene la libertad de un corazón transparente
y las manos limpias de sangre y dolor.
A contraluz se puede ver esperanza,
distorsionada, pero esperanza al fin.
A contraluz mis secretos de poeta son revelados,
son desterrado y quemados y soy por primera
vez feliz. No volveré a esta casona, pues el cristal
rompió en mil pedazos y mis sueños y tragedias
quedaron atrapadas entre el polvo y las ventanas
cerradas por años.
No volveré, porque no quiero, a contraluz, vi más
de lo que hubiera querido y algunas astillas se me
incrustaron en los ojos, mi corazón quedó ciego y
mi alma suspendida en el vacío de la vida que por
más que no quiera llegará a su fin.
MIS SILENCIOS GUARDADOS
El libro que guarda mis silencios
es lo único que te dejare. Ni los
pensamientos impíos, ni las heridas
más profunda, ni la algarabía cuando
el amor fue, ni en el terrenal modo
de ver las cosas, o en el infierno de
mis pesares; nada de esto quedará
para ti, ni el despertar o el atardecer
de cielos quebrantados, por lamentos
de animal herido, en el tortuoso
andar de mis pasos perdidos, en la
lógica de mis muertes que tanto he
repetido, nada te quedarás, no tendrás
la gloria de verme suplicar, no te daré
el espacio que necesitas para humillar
mis sentimientos más sanos, los últimos,
los que manchaste de tus labios amargos,
los que quisiste corromper con besos
venenosos y caricias hipócritas, no tendrás
mi corazón a tus pies, para tanto mal
querer, ya es suficiente con que me hicieras
llegar a odiarte tanto.
En la derrota o en la victoria es siempre
mejor marchar sin pendones, sin trompetas,
sin laureles, buscar refugio en el olvido y
dejarse morir de muerte de amor, porque
de tanto orgullo destruido, no habrás ganado
nada, solo te dejare el libro que guarda mis
silencios, para cuando lo leas habrás de
ahogarte en llanto y maldecirás el no
haberme amado, porque entre tu desdén
y mis silencios que te lego, no sabrás nunca
si fue mejor mi mal amor o tu orgullo maldito.
UN DÍA MAS DE VIDA
Un día de lluvia, un día de sol intenso,
Un día de viento, un día de frío que cala,
Una noche oscura, un día resplandeciente,
Una bocanada de humo, un vino añejo,
Música suave, un buen libro de Nervo,
Un suicida frustrado, un asesino con éxito.
Una preñez feliz, una preñez no deseada,
Un músico infeliz, un poeta sin musas
Un pintor ciego, un filósofo autodidacta
Un sacerdote impúdico, una monja casquivana,
Un fiel arrepentido, un pecador arrepentido
Un fusil cargado, un soldado sin armas,
Un testigo falso, un condenado sin delito,
Un sentenciado a muerte, un juez borracho,
Una mujer enamorada, una mujer amargada,
Un hombre romántico, un bravucón de cantina
Un enfermo terminal, un muerto olvidado,
Una noche de sexo brutal, un impotente escondido,
Una lesbiana enamorada, un gay infectado
Un creador a ciegas, un destructor consciente
Un verso de Neruda, una idolatría por Gardel,
Un admirador de Hitler, un admirador de Castro,
Un mártir de otras luchas, un cobarde que no siente,
Una puta rubia barata, un cafiche negro explotador
Un día de lluvia, un día de sol intenso.
Un día como otros días, un día más de la vida
LA LUZ ENCENDIDA,
Enciendo la luz, estaba encendida
¿Qué hago, la apago?
Que importa un retrato de un señor
con cara envejecida y bien vestido
que hace sobre la mesa que ahora
ha de ser mía.
un ave extraña lo coge entre sus garras,
y se lo lleva, no hay ventana, no sé
por adonde entro y salió este pájaro
color del humo.
La luz está encendida, no hay luz de sol,
¿Qué hago, la apago?
No hay puerta ni cerrojo, el cuarto es
nebuloso, como un mausoleo en invierno,
como un cajón enorme con la luz encendida,
estaba encendida, siempre está encendida,
¿Qué hago, la apago?
Pero no hay interruptor, no hay bombilla,
solo una mesa, una silla, un libro tirado
a medio leer, unos lentes sobre el, un aire
turbio, una condición de encierro que asusta.
El pájaro vuelve con su color de humo, se
posa sobre mi hombro y llora no lo deja de
hacer en la plenitud de este cuarto extraño.
Me miro las manos que casi no las veo, trato
de tomar al pájaro y se desvanece entre mis
sueños; quiero apagar la luz y algo me detiene,
¿Qué hago, la apago?
No sé a quién gritar, ni sé que hacer, mis muertos
sienten miedo de este silencio y soledad,
de este frio escalofriante y aturdidor, del melancólico
lugar mortecino que es mi lapida, sin salida ni
escondite, con la luz encendida desde siempre.
Porque no bajaré al infierno y me levantaré tres días
después, aquí me quedaré sentado leyendo presuroso
“todos los nombres”, me siento como aquel hombre
Solitario del libro, un solitario más.
Aquí no hay hora de visitas, ni salidas a caminar, solo
permanecer sentado, perturbado, la muerte me durmió
sin darme yo cuenta, y ahora estoy en este lugar que
antes no había visto, y una luz encendida.
¿Qué hago, la apago?
ERES EL MAL QUE NECESITO
Cuando miro por la ventana, veo solo
el camino, no vienes, no estas,
cuando miro el dormitorio tus cosas
se marcharon, tus cuadernos, tus lápices,
busco algún retrato que el tiempo no
hubiere ajado, alguna huella en mis
sabanas y nada.
Le reclamo al cielo tu presencia y me
contesta con lluvias,
le recrimino al mar por tu ausencia
y se alborota y azota contra mis roquerios,
entonces guardo silencio, como el silencio
de esta que era nuestra casa, apago la luz
y me recuesto sobre el sillón donde tantas
veces me dijiste amor, el que sabe nuestros
secretos, el que nos envolvió como un abrazo
de fuego en cuerpos fríos de adioses.
Pero esta vez no volviste, no dejaste la excusa
para hacerlo, no olvidaste un trozo de amor
en el velador, esta vez fue para siempre.
Me quedaré a olvidarte hasta que te olvide,
me quedaré a llorarte hasta que me ahogue,
me quedare hasta que de algún mal agonice,
porque si no serás el bien que me salve,
serás el mal que necesito.
JESUS
Jesús, que triste tu vida.
Viniste a morir por mí
para conciliarme con tu padre.
Estás loco, yo ni lo conozco,
ni siquiera sé de donde es,
Jesús, te clavaron en un madero,
te pusieron corona de espinas
te ratigaron, te traicionaron,
te vendieron, y me dices que
la paz sea conmigo,
de verdad enloqueciste,
mírame, no seré pescador de
hombres por ti,
no pondré la otra mejilla,
no me arrodillare ante tu padre,
por más que camines sobre el agua,
o vuelvas a la vida a cuantos lazaros
te encuentres en tu camino.
Por más que hagas ver ciegos,
no me impresionas, vuelve cuantas
veces quieras, volverán a clavarte
en tu cruz, porque tu padre, al que
quieres que ame, te mando a
esta humillación, mira bien a tu
alrededor, vez algo bueno por
lo que valga morir una vez más,
no pierdas el tiempo, de verdad
que perdiste el juicio, toma a tu
tu mujer de Magdala y decide tú,
vive por ti y por ella, al fin y al cabo
yo cargo mi cruz y mi propia corona
de espinas, también me insultaron
y me han matado, pero eso lo decidí
Yo.
COMO LLUEVE…
¡Cómo te amo lluvia ¡
¿a la lluvia se le ama?
Bueno, el poeta soy yo.
Hasta me puedo
enamorar de ella.
Pero en realidad
debiera decir que
me encanta la lluvia,
Verla caer desde
mi balcón…
Pero mentiría, pues
no tengo balcón,
es más, cuando llueve,
lo embarro todo.
En realidad me incomoda.
¡Te odio lluvia ¡
De nuevo a lo mismo,
¿a la lluvia se le odia?
Insisto el poeta trato
de ser yo;
Lluvia, quiero hacerte
el amor: ¡Por Dios ¡
Una poeta que ni recuerdo
su nombre escribió:
“tú y yo haciendo el amor
en un zapato chino de
Veinte mil leguas”
La poeta era ella, a mí
no me digan nada.
Que se la lleve la lluvia,
¿debiera decir que se la
lleve la muerte?
Pero suena bello: lluvia
de mi mejor niñez, del
mejor amor y la eterna
felicidad:
Que hipócritas podemos
llegar a ser los poetas.
En realidad, ahora sí,
me da lo mismo, te dejaré
tranquila, pero no te metas
con migo, y trata de no
mojarme los pantalones,
de verdad que es incomodo
sacarse los pantalones mojados.
¡Que viva el sol ¡
Por Lucifer: de nuevo.
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