Soy un romántico.

Un romántico ebrio.

Amo porque vivo.

Bebo porque escribo.

Escribo porque me duelo.

Soy un romántico idiota.

Idiota porque escribo

sobre mujeres

que no conozco.

Sobre amor no germinado.

La luz que alumbra

y que no toco.

Luna a la que aullo,

pero no piso.

El vacío da de parto a mí poesía.

Soy un romántico,

¿en serio?

No es posible poder serlo,

como no puede ser libre

quién conversa con barrotes.

Soy una cena sin vino.

Soy un girasol

sin cielo

que camina cabizbajo

buscando la luz de un trueno.

Una pluma sin tinta.

Un escritor sin alter ego.

Con musa,

pero vestida.

Con prisa por el deshielo.

Romántico sin amor.

Condenado a la memoria.

Eso soy yo,

que vivo en letras

y mi tinta es el dolor.

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