En el silencio azul oscuro de la noche,

entre el mundanal ruido de la nada

donde la dulce sombra de la luna

se hace cómplice de los faustos

caminos que hace el viento;

se muestran bajo el esplendido

confort del firmamento,

las desnudas artes de cemento,

que con anchura fluidez va creciendo,

al ritmo que la verde candidez se va perdiendo;

al avance de la llana rudez del pavimento,

que llega para quedarse con sus labrados ornamentos.

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