A ti, mujer, la cara oculta de la luna desde los ancentros.

Siempre bajo el pie aniquilador de un falo gigante.

En aparente sumisión. Eclipsada, pero digna y entera como una luna llena.

Paciente, guerrera y compleja. Emotiva, empática y accesible.

A ti, mujer, que guías el camino de una nueva vida.

Motor de la existencia. Perpetuadora de la especie.

Impertérrita. Fuerte como una roca. Delicada como una flor.

A ti, mujer, no eres la costilla de nadie. Tú solita te sacaste la opresión de un plumazo y te significaste.

Ahora tocas el cielo con tus manos y desde lo alto te ofrezco La Luna.


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