Y es que la felicidad es utopía,

porque te esmeras, tanto

siempre en tus podridos anhelos,

preso de tus propias emociones.


Concurres a las mismas técnicas que tenias en la infancia,

y tanto renegaste de ellas, las escupiste

¿quien debe de perdonar?.


Y cuando a punto de caer de letargo a la «cama»,

lloras, sufres, de paso una sonrisa,

todo es un momento.

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