No me digas nada,
pues nada de ti quiero.
Que no se metan tus palabras
en mis oídos necios,
no los puedo malgastar
en vaciedades de leño seco.
Si quisiera algo de ti,
sería que te fueras lejos.
¡Que fueras otra persona!
una que tuviera encéfalo.
Si quisiera algo de ti,
sería que fueras un perro seco.
¿Y qué culpa tienen los perros,
aunque estén muertos?
Si quisiera algo de ti,
sería que te derrames
bajo la tierra un día,
y que no tuvieras madre,
ni padre, ni perro que te ladre.
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