¡Cómo me empalagan sus caricias!

sus manos suaves y ligeras,

y sus besos de terciopelo.

Me traen de rodillas,

me hacen besar el suelo.

Me rompen en mil pedazos,

me arrastran por el cielo.

Me quitan el aire,

me roban el sueño.

Pronto crecerán

y tocarán el cielo.

¡Cómo adoro sus cabezas en mi pecho!

resollando aliento nuevo.

Por si muero hoy o mañana,

¡Hay Dios de no sé quien y de no sé dónde!

déjales saber cuánto los quiero.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS