Instrucciones para cuando muera

Instrucciones para cuando muera

Por si muero mañana,

no te sorprenda mi trance

desde que nací, solo esto me afana.

Ayúdame a cavilar en los míos,

el sentido profundo de las cosas.

Déjame allanar un aparejo,

leva por mí el ancla.

No te enredes en mis trazos inconclusos,

ni quieras encontrar mercado

para mis productos.

Lleva a ti de mí, lo mejor.

Lo más lindo, lo más bueno.

No olvides lo suficiente,

que es de ello que se aprende.

No ceses de tu memoria

que aprendí a vivir enseñando

y que siempre, siempre, siempre

me soñé aprendiendo.

No te guardes nada

que bien sirva a un tercero.

Nada ha sido tuyo ni mío,

más allá de los buenos

y bellos momentos.

Todo lo tuve prestado,

o lo estoy debiendo.

Por favor, riega mi planta,

para que siga creciendo.

¡Te lo ruego!

Adósale un tutor firme y recto.

Vigila que suba alto y firme,

y que llegue hasta el mismo cielo.

¡Ah!

Cuando sea tiempo de cosecha

asegúrate que no olvide,

que nació del mismo suelo.

Porque la gratitud,

es el mejor anzuelo.

En tus manos y a tu amparo

queda: lo mejor, lo más bello,

lo único grande e importante

que en realidad tengo.

Y como en realidad siempre

Ha sido tuyo, te lo regreso.

En ti queda toda la grandeza

de tu persona.

Tampoco olvides repartirla

por ahí, sin pereza

en cualquier lugar.

Que bien le hace a la patria,

alguien con tu humanidad.

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